Pocos días antes de la publicación de esta reseña, “Morfología de la Sangre”Agotaba su primera edición. Toda una satisfacción para la editorial Cántico, que apostó por esta colección de poemas de la periodista madrileña Pilar García Cámara, que con anterioridad había publicado los poemarios ‘Rouge’ (Amargord Ediciones, 2013), ‘Un nido en las clavículas’ (Inventa Editores, 2018)

En Irredimibles ya habíamos tenido la fortuna de contar con Pilar Cámara como autora invitada y aún teníamos pendiente reseñar “Morfología de la Sangre”. Después de sufrir y disfrutar a partes iguales con su lectura volvimos a ponernos en contacto con Pilar para que nos contestara unas preguntas. L

¿Qué ha supuesto para ti la publicación de Morfología de la Sangre? ¿Dónde esperas que llegue el libro después de agotar la primera edición?

Aunque empecé a escribirlo algunos años antes, ‘Morfología de la sangre’ llegó en un momento vital brutalmente intenso. Quizá por eso me gusta recordar las palabras de mi amiga María González, también poeta, que alguna vez dijo que hay libros que cierran etapas, pero hay libros que las abren. En este caso, ‘Morfología de la sangre’ estará siempre íntimamente ligado al momento en que en mi vida se abrió una nueva puerta en la que se salvó la música y se encajaron algunas piezas. 

Por el tema que en él trato, por la presencia constante de mi madre y de mi hija, y también por su crudeza, lo cierto es que hubo momentos en los que me daba pánico que viera la luz. Mi hija tenía cinco años cuando recibí el libro en casa. Ese día dijo: «Guau, mamá, ¿has escrito tú todas las páginas?». Creo que el viaje ha merecido la pena. 

Lo único que quiero es que las personas que lo lean encuentren en él un lugar para la emoción, para sentir, que de una manera o de otra se sientan vivas en él. A mí, que he leído incansablemente toda mi vida para no sentirme sola, me emociona mucho más de lo que sé expresar con palabras cuando alguien me cuenta que se ha sentido reconocido en mis versos. 

Después de haber releído unas cuantas veces los poemas de «Morfología de la Sangre» (Ed. Cántico, 2022), crudeza es el termino con el que necesito definirlo. Este libro de poemas aborda la maternidad desde un punto de vista fisiológico y si hay un mñerito literario en los versos escritos por Pilar Cámara es el de escribirlos con valentía, sin reparos, manchándose las manos de sangre, o de tinta, o de líquido amniótico, como si fueran cosas distintas.

Pilar Cámara es una asidua usuaria de twitter, red social en la que se le puede ver confesando cosas como:

«Ayer, después de seis días sin vernos, mi hija me colocó la mano encima del pecho cuando nos metimos en la cama, porque «quiero dormir sintiendo tu corazón». Y ya está. Ese es el tuit. Eso es el amor. Esa es la vida.»

Con este despliegue público de ternura uno espera, al empezar a leer «Morfología de la Sangre», encontrarse con una bella oda al amor materno filial. La sorpresa no tarda en llegar.

«En ese equilibrio feroz sostengo mi infancia y la infancia de mi hija, obcecada en que jamás lleguen siquiera a rozarse»

La escritora madrileña explora en este, su tercer poemario, su relación con la maternidad reflejándose en su madre y en su hija. No es un poemario fácil. Podríamos imaginar a Pilar con un ramo de azucenas en la mano cantando loas a su madre y a su hija. Nada más lejos de la realidad, Pilar Cámara sostiene con una mano el cordón umbilical que le unía con su hija y con la otra el que le unió con su madre, y los estruja para exprimirles todas las células madre, todas las palabras madre. Saca de ellas el líquido amniótico y lo convierte en el caldo de sus poemas.

«En la matriz permanece / vivo / el germen de esta genealogía, un escalofrío que me atraviesa»

Tuve la ocasión de coincidir con la madre de Pilar Cámara y no tuve más remedio que preguntarle qué le había parecido el libro de su hija. Me contestó como solo puede responder una madre, a la vez orgullosa y a la vez decepcionada.

«Aborrecer a mi madre / es otra manera / de odiarme, / ahora que somos la misma»

Supongo que su madre esperaba el ramo de azucenas, pero sentía todo el amor que, pese a todo, se percibe en los versos del libro. «Morfología de la sangre» dista mucho de ser un ramillete de flortes y precisamente de esa decepción amorosa surge el valor literario de esta obra. Por suerte, ahora también he tenido la oportunidad de cuestionar a la propia autora sobre el mismo hecho:

Sorprende la sinceridad y el realismo de los poemas al enfrentarte a la maternidad. Me gustaría saber si esa era tu intención al plantearte el libro o la crudeza surgió a medida que avnazabas en la creación de los poemas.

Nunca hay intención cuando escribo, sino pulsión. Escribo por necesidad, para no ahogarme, supongo. Todo ese realismo es porque es real y la crudeza porque, a veces, lo que sentimos es cruel. Si soy del todo sincera contigo, te diré que a mí también me sorprende a veces no escribir ciertas cosas, porque es que las tripas me piden escribirlas, pero sí publicarlas. Supongo que siempre he sido un poco kamikaze. Y es curioso, porque soy tremendamente tímida y me cuesta un mundo abrirme en el cara a cara. Sin embargo, al escribir me olvido de que un día puede que todas esas palabras las vaya a leer mucha gente.  


En una entrevista en “El Ojo Crítico” de Radio Nacional de España Pilar decía: «Cuando fui madre se transformó mi forma de ser hija». Dicen que la deuda que tenemos con nuestros padres la saldamos con nuestros hijos y Pilar Cámara apuesta por saldar todas sus deudas. Los versos de su «Morfología de la sangre» necesitan tanto de su madre como de su hija para sostenerse. Pero no son esas las únicas deudas que paga Pilar, las referencias a Sharon Olds, Sylvia Plath, Herta Muller, Anne Sexton o Azahara Alonso, entre otras, dejan entrever quienes han sido sus «madres» literarias.

En definitiva, esta obra es un poemario que hay que abrir con cuidado. Una escritura que puede herir nuestra sensibilidad o ponerla a flor de piel. Sharon Olds escribió que toda mujer camina con su propia madre colgada al cuello, arrastrándola con ella. Durante la lectura de «Morfología de la sangre» caminaremos arrastrando tres mujeres colgadas al cuello:  nuestra madre, nuestra hija y a la propia Pilar Cámara.

¿Dónde te gustaría llegar en tu viaje como escritora? ¿Cuáles son tus aspiraciones literarias?

¡Qué pregunta, Pablo! Lo primero es que todavía me cuesta mucho reconocerme en esa etiqueta de escritora, aunque seguramente lo sea, pero mi sensación es que soy una mujer que, a veces, escribe. De momento, la poesía me ha traído amor y amigas, así que supongo que ya no puedo aspirar a nada mejor que eso. No hay nada mejor que eso. Pero sí me gustaría seguir recibiendo mensajes de personas que me han leído y han sentido la necesidad de compartirlo conmigo. Eso es precioso. 

¿Qué tienes en mente para tu próxima publicación?

Hace apenas unas semanas no habría sabido qué responder a esta pregunta. Ahora puedo contarte que hay un nuevo poemario en ciernes, que gira en torno a la culpa, un sentimiento que me golpea muy fuerte, y a cómo el amor, el deseo, es el único que, en ocasiones, nos puede absolver. En él escribo, por ejemplo, que el amor es banalizar la muerte.  

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Pilar Cámara nació en Madrid el 17 de diciembre de 1982. Es periodista y autora de los poemarios ‘Rouge’ (Amargord Ediciones, 2013), ‘Un nido en las clavículas’ (Inventa Editores, 2018) y ‘Morfología de la sangre’ (Cántico, 2022). Ha colaborado en la antología feminista ‘Discípulas de Gea’ (Inventa Editores, 2017) y en ‘Antología de poesía viejoven. Casting de poetas sin foto’ (Versátiles Editorial, 2020). Ha participado en festivales de poesía como Cosmopoética y Poesía o Barbarie. Poemas y relatos suyos se han incluido en las publicaciones ‘Pro-vocación’, ‘Te prometo anarquía’, ‘Revista Mandrágora’, ‘La gran belleza’ y ‘Murray Magazine’, revista de la que fue coeditora.

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