Hace una semanas, el equipo de Mínyma Poesía, a través de la escritora Beatriz Delgado reseñana el primer libro de Francisco José Lozano, más conocido en las redes como Kamikaze de Versos.
Solo unos días después nos enteramos de la nueva buena noticia, la Editorial Cuadranta publica el segundo trabajo de este poeta valenciano titulado «El verso que nunca te di»
Francisco José Lozano Salcedo, más conocido como KIKO para sus amigos más cercanos pasó la mayor parte de su infancia entre Alboraya y Almácera, dos tierras separadas como el ying y el yang por el barranco del Carraixet.
Alegre, extrovertido y algo alocado, con pinta de tipo duro, aunque un romántico en el fondo y él mismo explica lo que ofrece en sus versos:
«Bienvenido a “El verso que nunca te di”
Bienvenido a los sentimientos en estado puro.
Bienvenido a la nueva poesía que nos llega al alma, si buscas aquí la poesía tradicional, lo siento, este no es tu lugar. Si estuviste en mi primera andadura, gracias por confiar en mí de nuevo. Si eres nuev@ y solo me conoces por este poemario, millones de gracias por darme la oportunidad de seguir creciendo como persona e intento de escritor (que tampoco creo serlo).
Simplemente plasmo en forma de verso, de forma directa y sencilla, todos aquellos sentimientos, ideas, locuras y torturas que nos pueden llegar a pasar por la cabeza, incluso vivirlas en nuestra propia piel.
Kamikaze siempre ha estado ahí, desde bien pequeño, pero lo ocultaba hasta que tuvo su gran explosión durante la pandemia. ¿Qué pasó?, os preguntaréis. Pues qué mejor forma de contároslo que de la mejor manera en la que consigo expresarme: en versos.»
Francisco (o quizás deberíamos llamarle ya Kiko), ha adelantado a Irredimibles dos de los poemas de su nuevo poemario, “El verso que nunca te di”. Para el resto de sus rimas, será necesario hacerse con un ejemplar del mismo o seguir a Kamikaze de Versos en sus redes.
Matemáticas
Confundimos las fórmulas
matemáticas del amor.
Yo, desfallecido por los esfuerzos
de insistir en sumar
y tú, restando momentos,
restando abrazos,
restando curar los destrozos
que causaste un día en mí.
Restando al fin y al cabo
la confianza que vulneras.
Restando testas
de los restos que dejaste
cada vez que te marchaste.
Restando en conclusión
toda la suma de la ecuación.
Me enseñó
La vida me enseñó
a ser autosuficiente.
A intentar manejar bien
a casi toda la gente.
A regalar flores descalzo,
por y para quien demuestra
algo de interés y cariño.
Me ha enseñado
a no esperar nada de nadie,
a dar porque te nazca.
porque te sale.
Soy así de agradecido,
sin pensar ni esperar ni recibir
un ápice de consuelo.
Me ha enseñado a soñar
con los pies en el suelo.