Celebramos el Día Mundial de la Poesía con una selección de seis poemas de nuestros autores. Esperamos que os gusten.
UNO (Victoriano Campo) 1.- en la novedad de quererte no puedo recordar tu rostro o el espesor de tus labios sin embargo brillan iridiscentes en mi memoria las palabras que pronunciaste desde la caja de tu corazón permanecen la emoción la ansiedad tendidas como un puente cubiertas las agujas del reloj (así no corren a encontrarte) no eras más alta que yo que yo recuerde y tus ojos con su tristeza vendían un escaparate repleto de fracasos creo que no soportaría otra herida resonó extraña la frase en tu boca con la sustancia de lo que yo sentía veremos no te quiero idealizar pensé pensaste o pensamos por eso me puse a soñarte con todo el disimulo del que soy capaz 2.- todo el miedo que tenía antes de verte la esmerada maqueta del pavor que la inseguridad bocetó con su grafito: se disiparon en la blanda contorsión de tu sonrisa ahora que atardece convertido el horizonte en expectativa me detengo en la geometría de tu mirada como un ciervo en un claro de la estepa miro a los costados a ambos no presiento que tu existencia habite en lo felino entonces me decido: abro las puertas del corazón
CINCO SENTIDOS (Orlando Salazar) Te he visto hoy. Me miraste desde los ojos de un niño a quién, igual que a ti, el amor había iluminado. Te escuché también. Tu voz estaba en el viento y en la risa del niño. Y te he sentido, cuando la brisa me rozaba, suave. Y aspiré tu olor en los aromas de la tierra y el aire. Pero nada mitiga el sabor amargo de tu ausencia.
LIMERICK IRISH PUB (Pablo Llanos) En la barra conocí a un tipo. Era viernes por la noche. El tipo estaba borracho y me habló de la vida y las mujeres, como todo borracho que se precie. Volví a verlo una segunda vez y de nuevo fui víctima de su sinceridad de borracho. Su opinión sobre las mujeres y la vida no había mejorado. No supe más de él y lo único que puedo decir acerca de aquel tipo es que era un borracho enfadado con la vida. Tú y yo coincidimos por vez primera cuando la infancia le daba el relevo a la adolescencia y toda la clase sufrimos un enamoramiento colectivo de Andrea, la rubia de ciencias ¿sabes?, la vi hace poco, empujaba un carrito de niño, aún conserva las caderas, pero ya hablaremos de ella. Desde entonces hemos reído juntos, nos hemos enfadado hemos discutido y nos hemos reconciliado. Hemos madurado tanto que ahora somos mejores adolescentes que hace quince años. De ti no sé qué decir con exactitud, no puedo decir que seas ni bueno ni malo, ni arrogante, ni humilde, ni hipócrita, ni honesto. Ni enfadado con la vida y con las mujeres. Aunque seas todo esto y nada al mismo tiempo. Y por supuesto, nos hemos emborrachado muchas más de dos ocasiones en las tripas de este bar irlandés. Así que calla ya, pasa de tonterías deja de quejarte y pide otras dos birras, que a estas invito yo.
LAS MUÑECAS DE MARTINA (Lana Oros) En la repisa de Martina las Barbies cambian de peinado y atuendo viajan por el mundo con pasaportes de cartón. Van a muchas fiestas, obtienen distinciones y diplomas. Ellas cumplen todos sus sueños sin salir de su casa de muñecas. La repisa de Martina se ha llenado de polvo, las muñecas ya no cambian sus atuendos, ya nos salen de fiesta, su pasaporte se venció. Las barbies han perdido los atuendos, sus cabellos tienen plastilina y sus caras manchas de lapicero. A algunas les falta un brazo y a las otras, una pierna. Las muñecas de Martina están en el fondo de la basura al lado de una mini maleta que guarda pasaportes de cartón. En la repisa de Martina hay una muñeca hecha a mano, de trapo. Es gordita y de pelo cano, usa lentes y está sonriente le pintaron líneas de expresión. La muñeca de Martina cambia de atuendo, de peinado y ha conseguido un pasaporte que no es de cartón, hoy sale a conocer el mundo en una maleta pequeña.
LA HUIDA (Atalanta) La niña de los ojos grandes huyó vestida de nube. Llevaba años escondida ahorrando latidos, como si la vida fuera a ser mejor por vivirla a medias. Jirones de cuerdas adornan las calles de la ciudad Blanca. Hay un columpio en cada esquina. Ella baja por una cuesta infinita que lleva hasta la Luna. Al verla, los caleidoscopios se llenan de ojos perdidos. Las jirafas descorchan botellas de felicidad. Los hierros retorcidos de los desguaces le construyen juguetes voladores. Las casas que llevan lagos en sus entrañas se atreven a parirlos. Todos la buscan. Yo sé que está en la savia de los sauces del patio de la escuela. En cada gota de lluvia de tormenta orgullosa. En la espuma del mar que da voz a las caracolas mudas. En la hojarasca que tapa las tumbas del viejo cementerio. En lo que no se ve pero se intuye. Desde que se escapó noto que la vida duele menos.
RENCOR (Karim Ali) El rencor es un cólico nefrítico, la ira cruel arrojando en el alma fósiles de rocas, obstructor de la calma, sudores calientes, fríos frenéticos, corazón perdido; desvelado; desnudo, sin nada. Volcanes de razones ilógicas justificaciones de culpas, falsedad simbólica, la tormenta que persigue el tiempo para atraparlo y vengarse, proemio de su propia cárcel; la condena irónica. Es la cuenta pendiente que te precipita al vacío, destruyéndote. La mano oscura que tapa la boca a la conciencia, resonando su voz maquiavélica provocándote tentaciones bélicas para acabar en el planeta de la inexistencia. El rencor es el latido del pecado, aguijón de escorpión en el pico de un canario un transatlántico de papel en un mar de mentiras, el zombi recompuesto con trozos de pus y orina el que lo padece, aparenta vida, más la realidad es, que, carga la muerte a diario. ¡Nunca lo guardes en la cueva de tus puños! Abre la jaula y deja escapar a la serpiente que endurece tu coraza, veneno excipiente que confunde a los sentidos transformando en iluso al que se cree capaz, insensible y valiente. El rencor huele a tragedia sabe a pastel de azufre, es la visión de Caín contra Caín hemoglobina escarlata en la yema de tus dedos la voz que advierte: ¡Te hundirás en tu propia mugre!
Las imágenes que ilustran los poemas son oleos de la pintora koreana Nam Kyungmin
Bellísimo👏, buena selección de imágenes también.
Que bueno que se festeje la poesía !!! Muy potente el poema del rencor. Identificatorio el de los beodos.
Un compendio de voces que traspasan el alma. Cada poema, un latido, cada latido, una voz que irradia luz propia a través del universo de la poesía. No sería honesto si no digo que gustar, me gustan todos. Las imágenes complementan de maravilla. Mis aplausos.
La verdad es que son estilos y voces diferentes, pero todas de una gran honestidad. Gracias por compartir vuestros versos.
Gracias a todos, al menos por la parte que me toca.
Pingback: Premios Primer Aniversario de Irredimibles - Irredimibles