Dia Mundial de la Poesía 2022

Celebramos el Día Mundial de la Poesía con una selección de seis poemas de nuestros autores. Esperamos que os gusten.

UNO (Victoriano Campo)

1.-
en la novedad de quererte 
no puedo recordar tu rostro
o el espesor de tus labios

sin embargo

brillan iridiscentes en mi memoria
las palabras que pronunciaste
desde la caja de tu corazón

permanecen

la emoción la ansiedad
tendidas como un puente
cubiertas las agujas del reloj

(así no corren a encontrarte)

no eras más alta que yo 
que yo recuerde y tus ojos 
con su tristeza vendían 

un escaparate repleto de fracasos

creo que no soportaría otra herida
resonó extraña la frase en tu boca
con la sustancia de lo que yo sentía

veremos 

no te quiero idealizar pensé
pensaste o pensamos 
por eso me puse a soñarte

con todo el disimulo del que soy capaz



2.-

todo el miedo que tenía 
antes de verte

la esmerada maqueta del pavor
que la inseguridad bocetó con su grafito:

se disiparon en la blanda contorsión 
de tu sonrisa

ahora que atardece
convertido el horizonte en expectativa

me detengo en la geometría de tu mirada
como un ciervo en un claro de la estepa

miro a los costados a ambos 
no presiento que tu existencia habite en lo felino

entonces me decido:
abro las puertas del corazón
CINCO SENTIDOS (Orlando Salazar)

Te he visto hoy. Me miraste 
desde los ojos de un niño
a quién, igual que a ti, 
el amor había iluminado.
Te escuché también.
Tu voz estaba en el viento 
y en la risa del niño.
Y te he sentido, cuando
la brisa me rozaba, suave.
Y aspiré tu olor en los aromas
de la tierra y el aire.
Pero nada mitiga
el sabor amargo de tu ausencia.


LIMERICK IRISH PUB (Pablo Llanos)

En la barra conocí a un tipo. 
Era viernes por la noche. 
El tipo estaba borracho y me habló 
de la vida y las mujeres, 
como todo borracho que se precie.

Volví a verlo una segunda vez
y de nuevo fui víctima 
de su sinceridad de borracho. 
Su opinión sobre las mujeres y la vida 
no había mejorado. 

No supe más de él
y lo único que puedo decir 
acerca de aquel tipo
es que era un borracho
enfadado con la vida.

Tú y yo 
coincidimos por vez primera
cuando la infancia le daba 
el relevo a la adolescencia 
y toda la clase sufrimos 
un enamoramiento colectivo 
de Andrea, la rubia de ciencias
 ¿sabes?, la vi hace poco, 
empujaba un carrito de niño, 
aún conserva las caderas,
pero ya hablaremos de ella.

Desde entonces 
hemos reído juntos, nos hemos enfadado
hemos discutido y nos hemos reconciliado. 
Hemos madurado tanto que ahora somos 
mejores adolescentes que hace quince años.
De ti no sé qué decir con exactitud, 
no puedo decir que seas ni bueno ni malo,
ni arrogante, ni humilde, ni hipócrita, ni honesto. 
Ni enfadado con la vida y con las mujeres.
Aunque seas todo esto y nada al mismo tiempo. 

Y por supuesto,  
nos hemos emborrachado
muchas más de dos ocasiones
en las tripas de este bar irlandés.
Así que calla ya, 
pasa de tonterías
deja de quejarte
y pide otras dos birras, 
que a estas invito yo.
LAS MUÑECAS DE MARTINA (Lana Oros)

En la repisa de Martina las Barbies cambian de peinado y atuendo viajan por el mundo con pasaportes de cartón. 

Van a muchas fiestas, obtienen distinciones y diplomas. Ellas cumplen todos sus sueños sin salir de su casa de muñecas. 

La repisa de Martina se ha llenado de polvo, las muñecas ya no cambian sus atuendos, ya nos salen de fiesta, su pasaporte se venció. 

Las barbies han perdido los atuendos, sus cabellos tienen plastilina y sus caras manchas de lapicero. A algunas les falta un brazo y a las otras, una pierna. Las muñecas de Martina están  en el fondo de la basura al lado de una mini maleta que guarda pasaportes de cartón. 

En la repisa de Martina hay una muñeca hecha a mano, de trapo. Es gordita y de pelo cano, usa lentes y está sonriente le pintaron líneas de expresión.

La muñeca de Martina cambia de atuendo, de peinado y ha conseguido un pasaporte que no es de cartón, hoy sale a conocer el mundo en una maleta pequeña.

LA HUIDA (Atalanta)

La niña de los ojos grandes
huyó vestida de nube.

Llevaba años escondida
ahorrando latidos, 
como si la vida
fuera a ser mejor 
por vivirla a medias.

Jirones de cuerdas
adornan las calles
de la ciudad Blanca.
Hay un columpio 
en cada esquina.

Ella baja por una cuesta infinita
que lleva hasta la Luna.

Al verla, 
los caleidoscopios se 
llenan de ojos perdidos.
Las jirafas descorchan
botellas de felicidad. 
Los hierros retorcidos
de los desguaces
le construyen juguetes voladores.
Las casas que llevan lagos
en sus entrañas
se atreven a parirlos.

Todos la buscan.
Yo sé que está en la savia de los sauces del patio de la escuela. 
En cada gota de lluvia de tormenta orgullosa.
En la espuma del mar
que da voz a las caracolas mudas.
En la hojarasca que tapa las tumbas del viejo cementerio. 
En lo que no se ve pero se intuye. 
 
Desde que se escapó 
noto que la vida duele menos.

RENCOR (Karim Ali)

El rencor es un cólico nefrítico,
la ira cruel arrojando en el alma
fósiles de rocas, obstructor de la calma,
sudores calientes, fríos frenéticos,
corazón perdido; desvelado; desnudo, sin nada.
Volcanes de razones ilógicas
justificaciones de culpas, falsedad simbólica,
la tormenta que persigue el tiempo
para atraparlo y vengarse, proemio
de su propia cárcel; la condena irónica.

Es la cuenta pendiente
que te precipita al vacío, 
destruyéndote.

La mano oscura
que tapa la boca a la conciencia,
resonando su voz maquiavélica
provocándote tentaciones bélicas
para acabar en el planeta de la inexistencia.
El rencor es el latido del pecado,
aguijón de escorpión en el pico de un canario
un transatlántico de papel en un mar de mentiras,
el zombi recompuesto con trozos de pus y orina
el que lo padece, aparenta vida,
más la realidad es, que, carga la muerte a diario.
¡Nunca lo guardes en la cueva de tus puños!
Abre la jaula y deja escapar a la serpiente
que endurece tu coraza, veneno excipiente
que confunde a los sentidos transformando en iluso
al que se cree capaz, insensible y valiente.
El rencor huele a tragedia
sabe a pastel de azufre,
es la visión de Caín contra Caín
hemoglobina escarlata en la yema de tus dedos
la voz que advierte: ¡Te hundirás en tu propia mugre!

Las imágenes que ilustran los poemas son oleos de la pintora koreana Nam Kyungmin

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6 comentarios

  1. Bellísimo👏, buena selección de imágenes también.

  2. Que bueno que se festeje la poesía !!! Muy potente el poema del rencor. Identificatorio el de los beodos.

  3. Un compendio de voces que traspasan el alma. Cada poema, un latido, cada latido, una voz que irradia luz propia a través del universo de la poesía. No sería honesto si no digo que gustar, me gustan todos. Las imágenes complementan de maravilla. Mis aplausos.

  4. La verdad es que son estilos y voces diferentes, pero todas de una gran honestidad. Gracias por compartir vuestros versos.

  5. Gracias a todos, al menos por la parte que me toca.

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