Después de unas cuantas lecturas del libro de Beatriz Delgado, Días de Silencio (Ed. Cuadranta, 2021) no llegaba a encontrar el término para clasificar sus textos. Esto hacía que tuviera atravesada su reseña y no acabara de fluir lo que quería contar sobre el libro. En sus páginas se pueden encontrar textos breves que se parecen al aforismo, la greguería, la reflexión, junto a otros  textos un poco más largos de prosa poética, micropoemas pero nada que se pueda etiquetar dentro de un estilo canónico. Todos dejan ver claramente a una Beatriz Delgado risueña y potente, pero esto es lo que dicen ya todas los comentarios sobre su libro y yo quería ir un poco más allá. Había algo que me había punzado y no llegaba a distinguir qué era.

Hasta que llegó a mi este término: Afolirismo y me trajo a la mente alguno de los textos de Beatriz. Me lo descubrió la poeta Virginia Martinez , como una forma de aforismo lírico:

Afolirismo: Atajo que lleva de la metáfora al pensamiento.

Virginia había extraído este concepto de una de sus lecturas recientes: la antología de poesía nórdica “Algunos de los nuestros” editada por Francisco J. Uriz en Libros del Innombrable.

¿Pero de qué estoy hablando? ¿Cómo son los textos de Días de Silencio?

Más vale una imágen hecha con pocas palabras:

38

Este poemario será lo único que haya nacido

de nuestra relación de amor.

68

A mí me faltan miedos, a ti valor.

Estos textos breves no es el único tipo de texto que se puede encontrar en el poemario de Beatriz. Esta leonesa afincada en Mallorca dice de ella misma:

“Estoy locamente enamorada de mi trabajo, de pequeña quería salvar el mundo, estudié enfermería y ha sido el mundo el que me ha salvado a mí.

He querido mucho, por encima de mis posibilidades, me he ahogado en llanto y he reído hasta no poder respirar, no tengo miedos, pero sí metas, siempre tengo planes y una sonrisa perenne, soy contestona y pura dulzura a partes iguales.”

En Días de Silencio nos encontramos con esta misma Beatriz Delgado transparente, a la que se le percibe en cada texto. Nos hace cómplices de todo lo que le preocupa y le pasa por el alma. De lo que le asusta y de lo que la empodera. Esto es algo que ya saben y comentan a menudo quienes han llevado su libro a una tercera edición a poco más de un año de su salida. Sin embargo a mí me llamó la atención la escritura de sus textos breves y lo que hay detrás de lo que puede parecer simple.

Curiosamente, poco después de leer Días de Silencio cayó en mis manos el libro de Javier Puche “Seismos”. Un libro compuesto por cuentos de solo seis palabras. Un juego de palabras entre Aforismo y Seis, similar al término Afolirismo. El autor parte de un nanorrelato de seis palabras de Ernest Hemingway:

For sale: baby shoes, never worn?

A la venta: patucos sin estrenar

La revista norteamericana Wired propuso a una treintena de escritores norteamericanos el reto de emular tal hazaña de Hemingway, Arthur C. Clarke, Barbara Atwood, entre otros. Y nacieron perlas breves como las siguientes:

“Muy confundido, leyó su propio obituario”

Steven Meretzky

“Era muy caro seguir siendo humano”

Bruce Sterling

“Salvó al mundo volviendo a morir”

Ben Bova

“Hallan cadáver incompleto. Médico compra yate”

Barbara Atwood

Uno de los seismos del libro “Seismos” de Javier Puche.
Páginas de “Días de Silencio” de Beatriz Delgado.

Pero dejadme volver al punctum del libro de Beatriz Delgado, me llamó al atención encontrarme entre sus textos breves algún “seismo” de gran calidad.

66

Muerto el perro, empezó la rabia.

Pero sobre todo el numero 15, un seísmo, un afolirismo de seis palabras prácticamente perfecto, este es el aguijón de Días de Silencio, el texto que te engancha.

15

Meterse en el mar para desahogarse.

Beatriz Delgado junto al mar

¿Quién se atrevería a decir que este texto no es equiparable a alguno de los de los autores que participaron en la convocatoria de Wired?

En seis palabras, Beatriz deja entrever el conflicto del personaje, describe una acción abierta a interpretaciones y da un giro a las palabras que activa los recursos poéticos en la mente del lector.

Para mí, solo el descubrimiento de este afolirismo da por bueno el haberme sumergido en las páginas de Días de Silencio, para desahogarme.


Un comentario sobre «Reseña de “Días de silencio” de Beatriz Delgado»

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