Decía Carlos Edmundo D’Ory: “Los pájaros son pensamientos perfectos”. Quizás tenía razón y por eso parace haber dos tipos de poetas, los que hacen poemas con pájaros y los que piensan que en todos los poemas aparecen pájaros:

En uno de los poemas de “La edad delmerecer” (Uno de los mejores poemarios de la última década) Berta García Faet, reescribe el Tractatus de Wittgenstein cambiando el lenguaje por los pájaros, de los que dice esto:

3.1. En todos los poemas, o bien sale un pájaro, o bien se sugiere la presencia de un pájaro, que está más allá del punto de fuga de la imagen (siempre hay una imagen de un cisne agazapado) y de marco nativo del poema (todo poema, normalmente, trata sobre lirios).

Tes Nehuen recoge el guante y va un paso más allá. Opta por ser tanto de un tipo de poeta como de otro y se decide a hacer pajaros a todos los poemas. Tiene una ventaja, Tes es una gran conocedora de todo lo que se cuece y se publica en el panorama poético y literario, no en vano, sus reseñas y entrevistas son una referencia para una comunidad de lectores y escritores y ha convertido la web que dirige Bestia Lectora, en una guía honesta e imprescindible para filtrar las novedades que mes a mes llegan a librerías.

Podría definirse su primer poemario, Todos los pájaros que vimos, como un bestiario en verso de aves y pájaros, pero es algo más. Se divide en dos partes bien diferenciadas y a la vez solidarias. En la primera,  Desplazamiento, encontramos la historia de Bumbum y de la voz narradora.  Desde el nacimiento de Bumbum hasta su propia construcción poética:

“Palabras como el primer vuelo,
que expliquen lo que sangra.”

Una marcada voz poética recurre a la interpelación de un sujeto escuchante bautizado como Bumbum (de quien no se concreta su especie, su sexo ni su origen). Podríamos pensar que se trata de un pájaro o un perro o un gato, por la forma en la que la narradora se dirige a él. Sin embargo a veces parece ser un alter ego de la escritora o incluso del propio lector.

La voz poética va derramando sobre Bumbum el deseo de revivir su propia vida, intentando esquivar el sufrimiento, siendo a veces un tanto maternal.  Es un poemario que cuenta una historia pero que, a la vez, intenta reflexionar sobre el origen del dolor y las posibilidades de subsistencia ante él.

BUMBUM SE LEVANTA DESPACIO.

Mi monstruo abriga ternura donde
yo escribía mi lápida. Sus ojos como
dos bolas de fuego abarcan lo que
tocan sin romperlo y yo me pregunto
en qué vía muerta he dejado
olvidado ese observar del mundo
primitivo, en qué curva pronunciada
he aprendido este filtro cobarde del
que huye del daño galopando.

En la segunda parte del poemario, que da título al poemario: Todos los pájaros que vimos, nos encontramos con una enumeración, un catálogo poético aviar, pájaros que vuelan libros, un bestiario alado, compuesto por aquellas aves que han ido conociendo los dos personajes, la poeta y Bumbum. Un inventario de pájaros que los más vanguardistas podrían catalogar como ecopoesía.

“Los pájaros de esta ciudad sin pájaros” dice la poeta andaluza Carmen Camacho y efectivamente, Tes Nehuen va a catalogar aquí a una serie de aves, autóctonas de Málaga, propias de las urbes o incluso especias migradas, como la propia autora. Supongo que si un poeta decide hacer un catálogo de pájaros debe ser tentador escribir sobre mirlos, ruiseñores, alondras o martines pescadores, pero hace tiempo que, incluso las oscuras golondrinas, habitan más en los poemas y en los aviares de los zoológicos  que en las poblaciones.

Decía el gran poeta malagueño Rafael Perez Estrada que “cuando las gaviotas cambian su destino, que es el mar, y vuelven las alas hacia los basureros del interior, construyen, sin saberlo, la más penosa antimetáfora del Mediterráneo”,

Cotorras Argentinas, urracas, palomas y gaviotas se han atrincherado en nuestra visión del paisaje y Tes ha sabido extraerles su poesía para, con la ayuda de Bumbum, catalogarlas en su poemario. No renuncia en esta parte al sujeto escuchante al que interpelaba en la primera parte, Bumbum, que pasa aquí a ser un aprendiz de relojero, le ayuda en la labor de poetizar a las aves, poniendo en tierra estos poemas alados y acabar de darle el hilo conductor a todo el poemario.

URRACA

Con su traje blanco y negro (o negro y blanco,
según qué ojos en orilla) la urraca se pasea por la
huerta, con afán de mandar donde sus piecitos se
hunden y hace suyo el jardín que hemos
alambrado.

Pica-pica, dice Bumbum que la llame.

La observa con los ojos pintados de dulzura.
Tcha-tcha, nos dice ella, casi entre dientes:

inteligente plumífero que sabe que en el pasto hay
vida más allá de lo que atisba.
 

Pica-pica, Urraca de los martes, Tcha-tcha,
sonidos encordados, enséñanos a amar
este terreno como si nadie
pudiera arrebatárnoslo.

Dice Tes Nehuen en el epílogo que firma ella misma:

«En estos tiempos dramáticos, en el que miles de especies se ven amenazadas, aprender a mirar mejor la existencia diminuta de los bosques podría ser el gesto más revolucionario y esperanzador al que aferrarse. Este libro alude a ese deseo agitador y practica su vuelo impulsado por las posibilidades insurgentes que ofrece la palabra-poesía».

TODOS LOS PÁJAROS QUE VIMOS
Tes Nehuén

EOLAS EDICIONES

Año de edición: 2022
ISBN: 978-84-19453-16-7
Páginas: 122
Encuadernación: Rústica


Pablo Llanos Urraca

Colaborador en publicaciones literarias. Ha publicado el poemario “Manual de Modelado de Corazones para Hombres de Hojalata” (Ed. Cuadranta, 2022) y artículos en revistas como Quimera, Culturamas, Purgante o Letralia. Sus relatos han sido publicados en publicaiones como Orsai, Librújuja, Pluma Fanzine, Madera Berlín o Pappenfuss. Cocreador del magazine Irredimibles.

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