Victoriano Campo
Escribo para mantener a salvo los rudimentos de la cordura y recordar la certeza de lo efímero. Pensando en cosas absolutas pese a la fugacidad de la existencia. Persigo la tranquilidad, la calma y el equilibrio. Sé que los interrogantes más elementales permanecerán sin respuesta. Viajo herido de muerte, celebrando la vida.
I.-
si soy en tus ojos,
siento que me tocas
en la juntura
del hueso con la carne,
si tu mirada contiene
la forma de mi rostro,
abrevo en tus entrañas
la lucidez de tu misterio,
si al verme ofreces
el intrínseco arte de tu oscuridad,
reposo en los pliegues de tu abismo
siendo criatura de tus manos.
II.-
no soy lo que parezco,
me arrojo por la hipotenusa
hasta el vértice
de tu centro;
loteo la verdad
en parcelas,
como fragmentos
de cementerio;
y si regresas,
no te espero,
en el desván,
con los ojos abiertos;
sonrío,
todo el tiempo;
sabiendo que sin indolencia
no hay felicidad.
III.
hago trizas
la noción naif de tu sonrisa,
la íntegra idea de tu nombre,
quito las esquirlas del cabello,
de las ganas,
me detengo en el límite
conciso del futuro,
mido en el interior
el tamaño del daño,
la anchura del río,
el tajo que se abre,
me palpo el vacío,
la rítmica ausencia
del latido,
y caigo.
Victoriano Campo
Escribo para mantener a salvo los rudimentos de la cordura y recordar la certeza de lo efímero. Pensando en cosas absolutas pese a la fugacidad de la existencia. Persigo la tranquilidad, la calma y el equilibrio. Sé que los interrogantes más elementales permanecerán sin respuesta. Viajo herido de muerte, celebrando la vida.
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