“Habladles de batallas, de reyes y elefantes” por Atalanta

Habladles de batallas, de reyes y elefantes es el título de una novela de Mathias Énard (Niort,1972) que recrea cómo pudo ser el viaje de Miguel Angel Buonarroti a Constantinopla en 1506. Hay pocos documentos sobre este viaje debido a que se hizo a escondidas desafiando las órdenes del papa Julio II. La novela fue premio Goncourt en 2010.

He querido hablar de otro tipo de batallas, y de reyes. Los elefantes son los mismos.


Habladles de batallas, de reyes y elefantes

Tú leías el Lobo estepario en una esquina de la clase, yo Sidartha en la otra. Nos conocimos así, oteando los rincones de la mente del mismo autor.

Fuimos los reyes de un tablero sin torres ni caballos, de encuentros escondidos y sábanas revueltas mientras sonaba Ma liberté.

Luego empezaron las batallas: un toma y daca de amor y celos. Ese ”ne me quitte pas” precedido de aquel “je t’aime a mourir”.

Yo aprendía poesía, tú estudiabas animales prehistóricos. Un día en lugar del mamut hablamos de los elefantes, ellos se enamoran para siempre y pueden llegar a morir de amor. Durante mucho tiempo no fuimos nada el uno sin el otro.

Después, me convertí en un pájaro  recluido en una jaula de seda, y poco a poco comencé a empequeñecer. Mientras, tú recorrías el mundo descifrando enigmas sobre gente muerta. Y llegó ese frío que te rompe los huesos sin notarlo.

He pensado esperarte y decírtelo mirándote a los ojos, pero no puedo hacerlo, he perdido mi voz. Mañana, no estaré cuando vuelvas. 

Me despido con los versos de José Ángel Buesa que tanto te gustan:

“Te digo adiós, y acaso te quiero todavía. Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.”

La vida no es más que una sucesión de pronombres: Tú, yo. Nosotros. Tú. Yo.


Atalanta

He querido ser un pájaro, un árbol, el viento, la lluvia, el rayo, el mar, el azul. Cuando escribo soy todo eso porque escribir es soñar despierto y te permite vivir mil vidas. Coordino el Club de Relato en Irredimibles.

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