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Ismael López (La Carolina, Jaén, 1990) es graduado en Filología Hispánica por la Universidad de Córdoba. Es corrector profesional acreditado por Cálamo & Cran y la Universidad Europea y tiene certificaciones de diversos cursos, como Corrección, estilo y variaciones de la lengua española de la Universitat Autònoma de Barcelona, e Historia de la ética de la Universidad Carlos III de Madrid. 

Como poeta ha publicado Las 88 páginas de mi libreta (Amazon, 2018), Érase una vez poesía (Amazon, 2020), Del mito al Eros (Amazon, 2022) y La piedad del leviatán (Olé Libros, 2023). Cultiva una poética palimpséstica, donde amor, literatura e identidad son los temas que vertebran toda su creación.

Twitter: @ismaellg90 #LaPiedadDelLeviatán

La piedad del leviatán forma parte de la colección de poesía de Loto Azul.

En eso consiste amar

Y que nuestra vejez sonría al mundo

desde su aceptación de la catástrofe.

Luis Alberto de Cuenca

Cuidémonos la juventud

y la mañana,

que nuestra caricia disfrute la piel tersa

y la belleza del cuerpo,

pues la catástrofe sobrevendrá como la lluvia

y arrebatará el color de la rosa en su voluntad

de imponer el blanco y negro.

Entonces amémonos la vejez

y la noche,

que nuestro abrazo consuele las heridas

y el surco de las arrugas,

pues Propercio dijo la verdad,

y Aurora estampó «besos

una y otra vez en los cabellos canos» de Titono,

lamiendo su decrepitud

y eternizando el deseo.

En eso consiste amar, en aceptar que un día

dejaremos de ser los mismos

para cuidarnos

como si fuésemos los de antes.

(Del mito al Eros, 2022)


Pésame

En Troya, las lágrimas de Príamo

asumen idéntico precio que las de Aquiles: 

la muerte,

la pérdida,

la vida que se acaba, la vida

que no sabe empezar de nuevo.

La historia de la sangre —lo sabemos— 

es una historia que se repite,

que se reescribe como un poema:

con otras palabras.

Las cenizas de Persépolis, 

las cenizas de Guernica, 

las cenizas de Hiroshima, 

las cenizas de Berlín,

las cenizas,

siempre las cenizas:

Beirut, Siria, Jergón, Stalingrado

—póngase aquí el nombre que se desee,

pues siempre quedan picas para un infinito de cabezas—.

No llores Penélope; a veces erra el horror.

No llores Telémaco; a veces regresa el cuerpo del hombre,

                                                      pero no el mismo padre.

La imbecilidad es un cadáver útil,

lo sabemos, pero estamos dispuestos a serlo.

De nada sirvió la epopeya, la advertencia del héroe: 

«No pretendas buscar consuelos a la muerte,

que yo más querría ser siervo en el campo

que reinar sobre todos los muertos».

Dicho está, escrito queda,

justo ahí, al alcance de los iletrados, 

cuyos dedos no pueden sostener un libro 

porque cargan el arma

que nos apunta.

Mi más sincero pésame, lector. 

Prepare el óbolo de Caronte, 

que estamos a merced

           de la piedad de los impíos.

(La piedad del leviatán, 2023)


La distancia

En el amor, y en el boxeo,

todo es cuestión de distancia.

Cristina Peri Rossi

No conozco otra manera

de que el amor sobreviva

que no sea amar cuerpo a cuerpo,

en la fogosa lid

de sudores que se confunden,

en la cercanía exigida

por la militia amoris de los clásicos.

Versó el lírico Propercio

que mientras vencen los dánaos

y resiste el troyano Héctor,

Paris sostiene las más altas batallas

en el regazo de Helena.

Quiero amarte de esa forma

como si la distancia de los siglos

no pudiera borrarnos

y los poetas cantasen

el mejor combate de la historia:

aquel en que nos vencimos mutuamente

                   en la intimidad de nuestras sábanas.

(Poema inédito, 2023).


En el Club Poético de Irredimibles se dan cita poetas inéditos, poetas publicados, poetas amateur, poetas noveles, poetas profesionales, rapsodas y quienes se acerquen al mundo de la lírica en cualquier formato de la mano de Victoriano Campo y Laura Márquez.

12 comentario en “Metaversos: Tres poemas de Ismael López”
  1. No conocía a este poeta, pero me ha sorprendido de veras. A mi parecer, al menos en estos tres poemas, tiene cierta afinidad estilística con Amalia Bautista, Mesanza, d’Ors y todos estos que recuperan el humanismo en su sentimentalidad.

    1. Muchísimas gracias, José, por tu comentario. Me da cierto vértigo ver que mi nombre aparece al lado de esos gigantes.

      Un saludo.

  2. Unos poemas excelsos, sin duda alguna como el poeta que los escribe. Conocí al poeta Ismael López con su primera obra, «Las 88 páginas de mi libreta» y ya me dejó boquiabierta, después ya no le perdí la pista y con cada poemario publicado ha ido mejorando de forma brutal y eso, ya era difícil. Por ejemplo, en «Érase una vez poesía» le da un nuevo giro a los cuentos de siempre y nos plantea una nueva manera de entenderlos en estos tiempos. Luego cambia de registro con «Del Mito Al Eros», donde el amor maduro se fusiona con metáforas inimaginables tan solo queda releerlo varias veces por su majestuosidad. Ahora con «La piedad Del Leviatán» publicado por el grupo OléLibros y el sello Loto Azul me he quedado impresionada nuevamente, es un poemario distinto a los demás, pero donde su huella sigue firme. Lo recomiendo a todo el mundo porque aquí hay una pequeña muestra de como el poeta con mano firme nos advierte sobre los leviatanes que hoy en día nos rodean mientras nos deja un caudal magnífico de referencias con metáforas preciosas y una calidad poética a la altura de los grandes. De hecho, su poesía me recuerda a la del gran Luis Alberto de Cuenca. Comprobarlo y veréis. Quiero aclarar que no soy familiar de él, ni tengo ningún beneficio por hablar de corazón sobre este poeta ya que en ocasiones hay gente que piensa esas cosas. N es mi caso, no lo conozco en persona, pero sí conozco sus obras y creo que deberían tener más notoriedad, porque será un poeta que dará mucho que hablar.

    1. Gracias, Rebeca, por tan hermosas e inmerecidas palabras. Estoy deseando de volver a «Poesía Viva».

      Un abrazo enorme.

  3. “En eso consiste amar,
    en aceptar que un día
    dejaremos de ser los mismos
    para cuidarnos
    como si fuésemos los de antes.”

    Que belleza Ismael. Ojalá amar y ser amado así.

  4. POR SU POESÍA Y BUEN HACER… LLAMADLE ISMAEL.

    Estamos ante la poesía de un gran poeta, que a pesar de que los vientos se los lleven los grandes galeones (que por cierto transportan oro ajeno) él desde el Pquod, Es el primero que da la cara ente el temible Leviatán, pero sin arpón, lo hace tan solo con palabras rimadas y por su puesto, con amor, con mucho amor…
    Para muestra un botón:

    EN ESO CONSISTE AMAR. De su anterior obra Del Mito al Eros (apunten el título para su lectura) es un maravilloso poema hermanado a la creación del LAUREADO DANDY DE LA POESÍA, don Luis Alberto de Cuenca, vemos como han bebido de los mismos helenos manantiales clásicos. Corona el poema (como suele hacer siempre) con belleza y sembrando esa especial sabiduría que nos deja en la lejana galaxia de las verdades:

    En eso consiste amar, en aceptar que un día
    dejaremos de ser los mismos
    para cuidarnos
    como si fuésemos los de antes.

    Ismael nos acerca a su poemario recién estrenado, LA PIEDAD DEL LEVIATÁN. PÉSAME, es un poema clásicamente actual, donde el poeta denuncia, a pecho descubierto, la injusticia de como las fuertes murallas de Troya, Persépolis, Hiroshima, Guernica, Berlín…son destruidas por las lágrimas y cenizas de asesinados e inocentes muertos. Los fuertes muros de piedra son destruidos por la crueldad de los hombres, siempre envueltos en mil y una guerras, cercenando vidas para hinchar su vanidad de sapo (de paso también los bolsillos del poder) para acabar reventando y haciendo fila, como todos, para el último viaje. Finaliza con una estrofa final totalmente laureada:

    Prepare el óbolo de Caronte,
    que estamos a merced
    de la piedad de los impíos.

    Concluyo mi humilde comentario con el maravilloso poema, LA DISTANCIA. Ismael, demuestra con sus poéticos experimentado conocimientos de combatir, como en el amor y en el boxeo, todo es cuestión de distancia:

    No conozco otra manera
    de que el amor sobreviva
    que no sea amar cuerpo a cuerpo,
    en la fogosa lid
    de sudores que se confunden,
    en la cercanía exigida
    por la militia amoris de los clásicos…

    CON ESTA ÚLTIMA PRUEBA PROBATORIA CONCLUYO MI DISERTACIÓN, NO HAY MÁS PREGUNTAS, SEÑORIA.

    Santiago Cerro el Gorrión de las Ondas.

Los comentarios están cerrados.

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