Jazz de Joshua Redman

Antes de ir al teatro a ver las dos versiones propuestas por Pablo Remón vi la película de Louis Malle de 1994  Vania en la calle 42  y me leí el artículo de Bárbara Caffarel y Ana María Zaharía que os dejo aquí.

Después de ir al teatro, me leí esta entrevista a Marina Salas, que interpreta el personaje de Sonia donde dice  «Chéjov y esta obra hablan de no ser querido, de los sueños y deseos incumplidos y de la rutina y la vida que no quieres»

Esto me despertó la curiosidad por saber cómo había sido la vida de Antón Chéjov. Hacía años que me leí algunos cuentos de Chéjov, pero no me acordaba de su vida, sabía que había sido médico y poco más. Así que me puse a buscar biografías de Chéjov y me leí «Antón Chéjov» de Natalia Ginzburg, una maravilla de libro, una lección de vida, un encuentro doble con la literatura y con la vida.

Después de leer a Natalia Ginzburg,  «Vania x Vania» cobraba otro sentido para mí. Yo veía a Chéjov en todos los personajes masculinos y a su mujer Olga Knipper en la Bella Helena y su historia familiar quedaba muy bien reflejada y su relación con su mujer, donde por cierto, hay otra pieza teatral «Tu mano en la mía», de Carol Rocamora, que se estrenó en 2021 y se basa en 400 cartas entre Chéjov y Olga Knipper que desvelan la vida íntima de la pareja.

Chéjov escribió Tío Vania en su hacienda de Melikhovo, acompañado de Tolstoi, Turgenev, Grigorovich, Tachaikovsky y Goltsev, aunque Ginzburg dice que a Tolstoi  lo que más le gustaba de la literatura de Chéjov eran sobre todo  sus cuentos pero no tanto su teatro, donde planteaba temas a los que no  daba solución. Y es que la dramaturgia de Chéjov se caracteriza por la utilización de una técnica dramática conocida como “acción indirecta”, que  consiste en poner el énfasis en los detalles de la propia caracterización e interacción entre los personajes más que en el argumento. Muchos de los eventos de mayor carga dramática ocurren fuera de escena. De esta forma, lo que no se dice cobra más peso que lo que sí expresa cada personaje. Aparece de manera reiterada en las obras de este autor mostrar a sus personajes con una carga de fuertes deseos, pero con una inercia, una inacción frustrante.

Así que «Tío Vania» ilustra el conflicto interior de los personajes, que reflejan su incapacidad de adaptarse a un nuevo orden de vida. Considerada por la crítica como el texto que más plena y despojadamente expresa las preocupaciones esenciales del autor, quizás sea la que encierra la visión más sombría, no sólo de la Rusia de fines del siglo diecinueve sino también de la condición humana y su posibilidad de acceder en vida a una existencia plena.

Según la colección del museo ruso de Málaga «Tío Vania»  tiene como tema central el deterioro de la vida, basándose sólo y exclusivamente en la psicología de sus personajes. Señala también que es, en esencia, una extensa reconstrucción de una obra publicada una década antes: Leshi («El demonio del bosque»).

El paso de «El demonio del bosque» a «Tío Vania» pasó por reducir a los personajes de dos docenas de escenas a nueve, por cambiar el suicidio del “demonio del bosque” en un famoso y frustrado homicidio del Tío Vania, y por alterar el original final feliz en uno más problemático.

«Vania x Vania» son dos criaturas siamesas unidas por un texto dramático y que se desarrollan de forma muy diferente. La primera obra es sobria, centrada sólo en los personajes, con unas sillas como objetos simbólicos de presencia-ausencia. La segunda obra es muy colorida, una reinterpretación desde el extrañamiento de una obra rusa de finales del siglo XIX que podría ser mirada por un español de una zona rural del siglo XXI cargada con retranca ácida. 

Lo de elegir como música de esta reseña el Jazz de Joshua Redman es por el artículo que os cité al principio, con respecto a «Vania en la calle 42» que también es otra adaptación de la obra al Nueva York de finales del siglo XX. 

Os dejo el enlace al texto completo  de Tío Vania en la Biblioteca Cervantes, por si os apetece leerlo.


Marisol Moreno Beteta

Jugadora de ping pong entre las ciencias y las letras. Ingeniera Técnica en Informática de Gestión (UCM) y licenciada en Estudios de Asia Oriental, con la especialidad en China (UAM). Fuentetaja y Escuela de Escritores han sido también lugares donde he habitado y he aprendido mucho. Irredimibles es un refugio en el que me gusta estar, crear, creer, crecer, compartir, sentir, vivir. 

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