Mi primer recuerdo Gira y gira a mis pies, la cocina, una mesa, mi familia, olor a madera y café con risas. Yo grito de miedo contento. El movimiento emborrona todo menos el sentimiento. Mientras vuelo en sus brazos, lo recuerdo sonriendo alto. Mi tío también era un pájaro aunque aún no lo sabía.
Falsa Alicia La primera vez que vi un conejo blanco estaba cubierto de sangre y de manos. Sangre en las batas. Sangre en los guantes. No pude seguirlo a ninguna parte. Del revés, la vocación y las tripas. No había ninguna entrada al País de las Maravillas para mí.
Lacasitos Recuerdo las manos arrugadas de mi abuelo abiertas como lunas y en el hueco que separa su pregunta y mi respuesta el anhelo redondo e intenso de chocolate, tan vivo como el colorante que lo cubre. No. No era eso. Tengo en mi recuerdo una infancia de Lacasitos, de colores en inglés como moneda y el cariño de mi abuelo. Su alegría cuando acierto es la verdadera recompensa.
Verano del 88 Coger a escondidas las tijeras de mayores. Cerrar la puerta de mi habitación. La casa duerme la siesta de puntillas. De fondo suda el televisor. Elegir fue fácil: mi preferida. Traía manzanas en el trasero y pecas en las mejillas. De un solo corte me hice mayor al descubrir que las muñecas no son como yo: no les crece el pelo ni la desilusión. Mi pequeña poni sonríe con su cresta rubia. Mi pequeña punki se esconde en el hueco del radiador.
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Tu poesía siempre será para mí una forma hermosa y emocionante de recrear en mi mente y sentimiento la belleza que transcurre en los instantes que pasan. Abrazos desde tan lejos que por eso mismo serán redondos cuando te lleguen.
Maravillosas poesías.