“Las mujeres somos una explanada”

 Lupe Gomez, Pornografía

LIENZO

Llego a casa y me despojo del abrigo
y del bolso, y de los tacones,
del portátil y del techo de cristal,
de tener que dar explicaciones.
Me libro del rimmel y del colorete
de las miradas de arriba abajo.
De los adjetivos desgastados:
de guapa y además inteligente,
de superwoman, de empoderarnos
de amiga, manipuladora o valiente.

Y entonces,
sin ropa, sin adjetivos,
sin más miramientos,
sin presente de indicativo,
vuelvo a ser un lienzo.

“Lienzo”, acuarela de Verónica Llanos
NO ESTABAN PREPARADOS

No estaban preparados para nosotros
para que tú y yo coincidiéramos
El mundo gira de una determinada forma
y eso, cielo, no se puede cambiar.
Luchar para romper las normas,
intentar manipular las reglas;
tiene sus consecuencias.
En el mejor de los casos:
Los zapatos se manchan de huevo,
no deja de llover en mis poemas;
en tus cuadros solo se ve el miedo
en la mirada de una mujer japonesa.
En el peor de los casos:
El Olimpo es bombardeado;
se hunde la moral y las bolsas,
el Edén no admite más refugiados
un círculo de fondos buitre revolotea
sobre mujeres que alquilan
su vientre a los mercados.

Por eso cariño,
no podríamos haber estado juntos
durante mucho más tiempo:
Hubieran entrado en guerra dos mundos,
las burbujas estallarían
los especuladores se extirparían
sus propios ojos,
las bases militares se fundirían
bajo la lava de un volcán primigenio
y los algoritmos se amarían
hasta la llegada de un nuevo milenio.
Ellos lo sabían,
por eso no nos permitieron
estar juntos por mucho tiempo.
El mundo debía seguir girando
y no, 
no estaban preparados.

“Mujer asiática”, Acuarela de Verónica Llanos
COLORÍN COLORADO

Colorín colorado,
este cuadro está inacabado.
No es suficiente lo que puedo decir de ella,
pero es bastante para encontrar consuelo.
Sus labios parecen perfilados con un lapicero.
Su cuerpo en cambio, trazos de acuarela,
como una idea, un apunte, un boceto.
Colorín colorado,
este poema aún no ha empezado.
Camina con soltura por la vereda.
Su figura contra la pared, un esgrafiado.
Un café en vaso de cartón en sus manos.
Parece formada por estuco, cal y letras.
Colorín colorado,
esta escultura se va formando.
Acaba el café, arruga el vaso, lo tira en una papelera.
El efecto lo marcan unos trazos de rotulador.
En sus auriculares suena música francesa.
Cuanto más claro el dibujo, menor el dolor.

Colorín colorado,
esta canción me va sonando.


“Bosquejos”, carboncillo de Verónica Llanos


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