Marta Pantiga
Avilés, Asturias. 1965.
Músico (saxofonista)
Restauradora conservadora. Profesora de restauración y antigüedades:
Ayto. de Avilés, Cursos Fondos mineros C. Cultura P. Asturias, Escuelas
taller Ayto. Gijón.
Colaboro en diferentes revistas: La esfera Cultural, Revista Magles,
Macolearte,
En sentido figurado.
Tengo cuentos publicados en: Antología de relatos de ciencia ficción,
Bocados sabrosos, Érase una vez un microrrelato, Pluma tinta y papel
Relatos emitidos en diferentes radios: Radio Tenerife, La voz silenciosa,
Radio Leses.
En 2013 publico mi primer libro de narrativa. 5.957 Palabras ordenadas.
En la actualidad vivo en Barcelona y El Loto Azul publica mi primer
poemario: “La piel de la Piedra”
La persona que yo quiero
Con la perseverancia del árbol que crece (intentando tocar al cielo)
Templada, cómo la espada del caballero.
Así ha de ser la persona que yo quiero
Desprendida cómo agua vertida en lluvia,
Recta, cómo el mástil del velero.
Así ha de ser la persona que yo quiero
Con la alegría del canto del petirrojo,
Libre, cómo los pasos del viajero.
Así ha de ser la persona que yo quiero
Despierta cómo el vigilante en su puesto,
Ordenada, cómo la hormiga en su hormiguero.
Así ha de ser la persona que yo quiero
Con la fortaleza de la torre en el tablero,
Sencilla, cómo el candil que da luz al minero.
Así ha de ser la persona que yo quiero
Quimera que espera encontrar en este mundo reflejo,
Con estos versos devenidos en libro de horas,
Cómo Argos a Ulises, así la espero.
Tú.
Maldito el mundo que te rodea y revienta tu belleza en lágrimas,
Fuerte el coraje que conforma tu esencia y te hace persona entre alimañas.
Impía la sociedad que en necia cofradía ansía encadenar tu libertad,
Hermosos tus pies descalzos sobre los que se mantienen erguida tu espalda y tu
dignidad.
Burda la doctrina ignominiosa que envidiosa censura tu alegría,
Firme la determinación que enseñorea tu vida,
Maniqueo el ancestro que se erige heraldo de tu nombre y ambiciona borrar el trazo
escrito de tu mano,
Portentosa resiliencia de tu voluntad, que hace de tu corazón tu firma y tu hacienda.
Bendita yo te nombro entre las mujeres, por mostrarte al mundo desnuda y firme,
orgullosa de ser cómo eres.
Te escribiré
…Y cuando te quedes dormida,
escribiré sobre tu espalda;
“Es el amor el que nos salva”.
Para que puedas leerlo sin abrir los ojos.
Escribiré con mis dedos,
el poema de amor que me pediste,
me acompasaré a tu latido,
mientras trazo el recorrido,
de las letras sobre tu piel,
cumpliendo fiel
el rito de amor de todo poeta.
Mientras sueñas,
mis dedos serán la pluma
que deje sin tinta,
un eterno te quiero sobre tu cuerpo.
Terminaré el poema
antes de que despiertes,
lo firmaré con un beso,
Lo dejaré en ti
para que lo guardes,
en las calles de tus sueños
junto con mi amor secreto.
Y por si acaso te movieras,
y desviara alguna letra,
lo lacraré con mi abrazo
Y así, cuando despiertes,
si no estoy a tu lado,
sientas en tu cuerpo
el amor que me une a ti,
con invisible lazo.
Karim Ali
Desde hace varios años, encontré en el universo del relato corto, un camino donde explayar mis inquietudes: críticas sociales, políticas, lírica, sarcasmo, humor. Risas y llantos. Poco a poco voy pillando el hábito de construir una historia sólida que mantenga el interés del lector desde la primera hasta la última sílaba.