Versus es el lugar donde se van a encontrar dos poetas. Quizás en duelo o tal vez en comunión. ¿En qué punto del surco lírico pueden encontrarse dos poetas meditarrenos? Uno fraguando su juventud en los escenarios del slam barcelonés, otra en el corazón de su comunidad en internet. Sus palabras nos marcarán los caminos que han recorrido en la poesía y disfrutaremos con sus poemas y con la experiencia de sus pisadas.
Germán Chocero
GERMÁN CHOCERO
Nacido en 2002, es un joven poeta. Poeta por casualidad,
Joven por convicción. Además también es artista y performer. Su poesía atraviesa
su vida y suele presentarse al público en escenarios de slam, competiciones de
poesia oral. Su práctica artística le ha llevado a interesarse por lo poético como
acto de resistencia
¿Qué es para ti la poesía?
La poesía es la metáfora. Ahora más que nunca estoy seguro de ello y lo afirmo
con la convicción de un aforismo. La poesía no es rima, no es una estructura de
versos, mucho menos es una editorial, un libro, ni una sección en la Fnac. La
poesía es la parte del poema que nos mueve, y que nos sugiere. La poesía debe
ser nueva, debe ser una verdad personal abierta al mundo, pero cerrada allí donde
se requiera resistencia.
¿Por qué escribes?
Podría alargarme y responder esta pregunta con una extensa narración de lo que
he vivido, describiendo hasta el hastío hasta el más mínimo detalle, pero si soy
sincero, la respuesta es sencilla. Escribo porqué he olvidado el resto de juegos
que inventé de niño.
¿Qué estás leyendo ahora?¿Y escribiendo?
Más que leer, estoy releyendo; concretamente: El guardián entre el centeno y
Cielos de Córdoba, dos novelas. Sigo fascinado y encerrado en historias de
juventud y quizás por eso, escribo lo que escribo. Cada vez escribo menos
-aunque tengo mis momentos de lucidez- y siempre que lo hago es para hablar
del pasado. El futuro se ha puesto caro y considero que puedo incidir más en él si
finjo hablar de alguien que no soy yo, o que al menos, he dejado de ser. Lo que
intento últimamente bajo todo coste es contar historias de felicidad, de esperanza.
De muerte ya está llena la vida, y hablando de ella solo se consiguen versos que
traen lágrimas a los ojos; yo preferiría -si me permiten la osadía- llevar sus ojos a
las lágrimas perdidas.
POEMA Tus ojos como dos espejillos al Sol que tantas veces fueron prado en llamas humo en garganta y tragar fuerte ahora son aquello que evito ver cuando el cielo gris no quiere ser lo que el hombre del tiempo predijo lluvia acida la noche en que tocaste mi hombro y me dijiste al oido que lo nuestro no era más que lo que tienen los niños que es mucho pero que nunca me fue suficiente y no nunca quise verme como el padre y no nunca quise ser su padre el padre de alguien y que fuese él el crio que fuese él German Chocero pero menos loco menos vivo
María Puchades
MARÍA PUCHADES
María Puchades (Valencia, 1998), graduada en Traducción, ejerce como docente y es amante de las palabras y de las letras en todas sus versiones. Los libros y la escritura le han acompañado a lo largo de toda su vida y afirma con rotundidad que la poesía tiene la fuerza suficiente como para sacudir el alma y hacer del mundo un lugar mucho más bello. A ella le ayuda a entender mejor el mundo interior que lleva dentro: ese que no todos ven, pero que en su primer poemario Todas mis lunas se hace visible después de años escribiendo en silencio. Actualmente, ha dado un paso al frente y se ha lanzado a compartir sus versos en Instagram bajo el pseudónimo dcaminoalaluna_, donde tiene una comunidad de lectores que apoya su contenido.
¿Qué es para ti la poesía?
Para mí es: espejo, pregunta y respuesta.
Espejo porque en versos ajenos me he encontrado cuando lo he necesitado y he conseguido ponerle nombre a lo que me ocurría en ese momento. Y no hay nada que de más calma que ver que otros también pueden estar pasando por lo mismo que tú y que, a fin de cuentas, todos somos humanos con mil emociones a flor de piel. Es el espejo en el que al verme reflejada nunca me he sentido ni visto sola.
Pregunta porque me he cuestionado y me he interrogado con el alma y las cicatrices abiertas qué he sentido al leer un determinado poema que me ha removido por dentro. Y para mí, esa es la mejor literatura: la que te sacude la vida, la que no te deja indiferente.
Respuesta porque nunca he leído a un autor o autora en busca de soluciones, pero sí que he obtenido tras la lectura de poemarios muchas respuestas. Y, en muchas ocasiones, de cuestiones que ni me había planteado antes de iniciar la lectura. Las respuestas que obtengo a partir de la poesía siempre me hacen crecer.
Por tanto, para mí la poesía es una forma de entender el mundo y de entender también lo que sucede en mi interior.
¿Por qué escribes?
Escribo por lo mismo por lo que leo y que comentaba antes: para entender el mundo y para entenderme.
Escribo desde siempre como necesidad de expresar y plasmar lo que siento. Es una manera de vaciarme y de liberarme.
Es mi pasión y no concibo mi vida sin la escritura.
¿Qué estás leyendo ahora?¿Y escribiendo?
Estoy leyendo Paradero desconocido, de Benjamín Prado. Tuve la suerte de poder comprarle el poemario en la Feria del Libro de Madrid y llevármelo dedicado. Leer a Benjamín siempre es un acierto seguro.
Estoy escribiendo mi segundo poemario. La publicación del primero, todavía, es muy reciente, pero ya estoy en marcha creando lo próximo.
TORMENTAS DE INVIERNO De dónde viene este frío que cala y entumece mis latidos. De dónde ha salido si ayer hacía sol, abrí las ventanas, entró aire y escuché la felicidad en boca de niños. Temo asustarme al confesar mi tristeza y que te asustes tú conmigo, te marches, y me quede sola viviendo entre zarzas que me recuerdan que las cosas bellas de esta vida también hieren. Hoy he despertado y era de noche, las ventanas estaban cerradas y las calles en silencio. Hay quien dice que estamos en verano, pero solo escucho un ruido lejano que se asemeja a las tormentas de invierno y quiero guardarme todo este derrame de agua salada y prometer que algún día lo echaré al mar. De dónde viene este frío que cala y entumece mis latidos.