Fran Toro

Fran Toro (Badalona, ​​1977) es profesor de historia y escritor. Combina pasión y oficio cómo se mezclan en la mano de un niño las plastilinas de diferentes colores.

Ha publicado numerosos artículos, reportajes y textos literarios en medios como Diario Jaén, Crónica Global, revista literaria Fábula, revista Ábaco, Toro Celeste o revista Panenka. También se ha atrevido con el cómic, siempre de la mano del dibujante Juaco Vizuete, con el que tiene pendiente la publicación del álbum ilustrado (Geografía) e Historieta.

Con la microficción ha recolectado ya éxitos, como el Premio del Jurado en el I Certámen de Microrrelatos de Signo Editores (2017) con la tuit-historia Hendaya de Criptana.

Olivos de cal, su primera novela, ha sido galardonada con el Premio Nacional de Novela Ateneo Mercantil de Valencia (2019) y publicada por Olé Libros.

LLovizna es su segunda novela.

Hemos tenido el privilegio de conversar con Fran Toro acerca de la novela y de su postura frente al proceso creativo. A continuación las respuestas:

¿Qué lleva a un profesor de historia a escribir novelas?

Desde niño he tenido la necesidad de escuchar, de recordar y de explicar. Supongo que todo forma parte de lo mismo: miedo al olvido. También sospecho que ello me llevó a estudiar y a ser profesor de Historia. La Historia me permite encajar todas esas voces y esas imágenes del pasado que desde pequeño he ido recopilando.

¿Cuándo te dijiste “Quiero escribir”? ¿Cómo ha sido tu camino hasta convertirte en escritor?

Olivos de cal, mi primera novela, me hizo ser escritor, es decir, yo no lo era antes de escribirla. La necesidad de recoger parte de las historias familiares que aparecen en el texto me empujó a aprender a ponerles un orden, a ficcionarlas, a darles coherencia y decorarlas con un estilo. Los primeros pasos de Olivos de cal fueron lentos e inseguros. Los primeros textos fueron revisados, reescritos y reformulados una infinidad de veces. Fue, por así decirlo, mi curso de formación de escritura.

He leído Llovizna, pero dentro de la novela también utilizas el nombre Lodo. ¿Te planteaste llamar a la novela Lodo?

Lodo es la novela que escribe uno de los personajes de Llovizna. Ciertamente, en un momento dado me planteé ese cambio, pero lo descarté. Lodo hace referencia a lo que le sucede al protagonista en 1962, cuando sobrevive a la riada del Vallès. El lodo es lo que sepulta todo lo que ha conocido hasta ese momento. Los recuerdos y los remordimientos han quedado atrapados en ese material viscoso. Por otro lado, Llovizna me parecía un título mucho más acertado, pues recogía el concepto de lo que sucede en todo el libro: la lluvia fina que llega poco a poco pero implacable, que va calando, como el olvido, como la culpa, como la vejez.

Desde niño he tenido la necesidad de escuchar, de recordar y de explicar. Supongo que todo forma parte de lo mismo: miedo al olvido.

Llovizna de Fran Toro

Llovizna tiene la intención de traer al presente algo de la historia reciente de Barcelona, concretamente de Sant Adrià de Besòs. ¿Es la historia el tema de la escritura de Fran Toro?

La historia es una buena mesa de laboratorio donde hacer experimentos con los personajes. Me siento cómodo ubicando los temas en un contexto real, tanto histórico como geográfico. Me gusta la novela costumbrista, leerla y escribirla. Quizá es la vertiente más didáctica de mis novelas. Mi objetivo es que el lector se empape de una época, de un lugar, de unas costumbres, de unos acentos… En cuanto a los temas, así como en Olivos de cal el tema era el silencio, en el caso de Llovizna diría que es la culpa.

Si pudieras darle un consejo a alguien que quiere comenzar a escribir ¿Qué le dirías?

Para mí es importante haber encontrado mi método. Es importante formarse y aprender de los que más saben pero, en última instancia, cada escritor ha de encontrar su manera, sus maneras.

A la persona que se inicia en la escritura le aconsejaría que leyera y escribiera mucho. Aprender, aprender y aprender. También autoexigencia y dosis mínimas de humildad para aceptar las críticas.

¿Cómo enfrentas la página en blanco?

Mi proceso de escritura es muy anárquico y poco disciplinado. Es por eso que, prácticamente hasta el final del redactado, todo el manuscrito aparece deslavazado. Sólo al final comienzan a encajar las piezas. He perdido el miedo a la página en blanco porque cuando me enfrento a ella ya tengo una idea, una frase, una metáfora en la cabeza.

¿Algún comentario para los lectores de Irredimibles?

Muchas gracias por leer esta entrevista, por leer en general y por visitar Irredimibles. Les espero bajo la llovizna.

Verónica Avilés Calderón

Escribir me enfrenta a la vida. Es la dosis de humildad que necesita mi ego, la dosis de generosidad que necesita mi alma, la forma de mirar el mundo que me permite afrontar cada día como lo que es: un milagro. Soy la autora de la novela “Arena Negra” (Ed. Cuadranta, 2023) y coordinadora en Irredimibles.com.

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