Viaje a Cuba

Éramos dos muchachos y dos muchachas en un pequeño bote de madera.
Se llamaba Nina amable y nos dirigíamos a Cuba.
De Miami a las Antillas con calma chicha, es un paseo.
Éramos dos muchachos y dos muchachas y nos dirigíamos a Cuba.
El viento cantaba en la vela, los cuatro éramos felices.
A la zaga de las estrellas, todo parecía maravilloso.
Sobre las olas, como una anguila. se deslizaba nuestra bonita Nina.
En el cielo, un dulce aroma de vainilla y, contentos, nos dirigíamos a Cuba.
¡Ay!, pero de golpe, ¡ay, ay, ay! un arrecife de coral golpeó el esquife y el timón.
Y allí nos ves a todos en el agua nadando hacia un islote entre los cachalotes.
Éramos dos muchachos y dos muchachas, nuestra situación se complicó.
Estábamos perdidos en una isla y nos dirigíamos a Cuba.
Cada uno se refugió prudentemente en sí mismo, un día, dos días y luego ahí lo tienes.
Pero ¿por qué ponéis esa cara?
¡Huy, lo que estaréis pensando!

Al vivir así como salvajes, nuestro corazón se amansó.
Y el viejo hechicero de un pueblo una noche nos casó.
Un año después de estos pecadillos, un barco grande nos rescató.
Éramos tres muchachos y tres muchachas y, contentos, nos dirigíamos a Cuba.
Somos tres muchachos y tres muchachas en un nuevo bote de madera.
Se llama Nina amable
¡y mañana, estaremos en Cuba!
¡Y mañana, estaremos en Cuba!

 

 

 

En el Teatro del Barrio en Madrid existe un proyecto llamado Mujeres que se atreven. Consiste en una serie de monólogos teatrales de mujeres de la talla de Carmen Martin Gaite, Emilia Pardo Bazán o Gloria Fuertes. En estos monólogos estas grandes mujeres “narran” sus vidas y, al hacerlo, ponen en relación sus conflictos vitales con todo lo demás. Se revisan los arquetipos, las metáforas e imágenes de estas mujeres en su contexto. El resultado es excepcional. Pues bien, la literatura de Annie Ernaux es una literatura de una Mujer que se atreve. Se atreve a contar todo aquello que no querría que nadie supiera. En esta obsesión que existe entre los académicos por encajar todo escrito en su género, su literatura es considerada como un híbrido de autoficción sociología-autobiografía, que recorre su vida desde niña y la revisa desde dentro con lupa de etnóloga y de etnógrafa al ubicarla en su contexto. Pero además, según va escribiendo, hace reflexiones sobre el propio lenguaje que utiliza, sobre las palabras si representan o no lo que realmente quiere decir. Es una mujer que se atreve a cuestionarlo todo y a la vez, utiliza una precisión científica del lenguaje y de la sociedad. Y esto le ha hecho merecedora del premio Nobel de literatura de este año, 2022: “La Academia sueca valora «el coraje y la agudeza clínica» con los que describe un mundo en el que se siente muy incómoda.”

Pero centrándome ahora en Vergüenza, quiero resaltar varias cosas que me han llamado la atención:

El inicio de esta obra no puede ser más impactante: “Mi padre intentó matar a mi madre un domingo de junio”. El hecho en sí, es descrito en dos páginas. Todo lo demás es un encaje de documentos autobiográficos, sociológicos, geográficos, …, cada uno desde una perspectiva distinta y desde tiempos de narración distintos y todos ellos forman un caleidoscopio de esa escena
que marcó la consciencia de una niña de doce años para siempre. Entre todos esos documentos, menciona varias veces esta canción, Viaje a Cuba. La canturrea un conductor de autobuses cuando la niña de doce años, era todavía la niña inocente, que quiere a su padre, que piensa que su padre es un buen hombre y se siente feliz y segura junto a él. Están haciendo una excursión a Lourdes y el viaje le resulta emocionante. Aquí es donde encaja perfectamente esta canción con este momento que recuerda a través de unas fotografías y postales. Después, como en la canción, su vida emocional se tambalea y siente su alma naufragar, pero no muere, sino que se refugia en sí misma para después sacar a la luz “los pecadillos” como dice la canción, que le hacen sentir vergüenza, pero a los que se agarra como tabla de salvación con la pluma afilada y la lupa bien cerca del papel para contarnos todo aquello que no quiere que sepamos.

 

 

 

 

 

 

 


Marisol Moreno Beteta:

Jugadora de ping pong entre las ciencias y las letras. Ingeniera Técnica en Informática de Gestión (UCM) y licenciada en Estudios de Asia Oriental, con la especialidad en China (UAM). Fuentetaja y Escuela de Escritores han sido también lugares donde he habitado y he aprendido mucho. Irredimibles es un refugio en el que me gusta estar, crear, creer, crecer, compartir, sentir, vivir.

Un comentario en «“Vergüenza” de Annie Ernaux al son de Viaje a Cuba, por Marisol Moreno Beteta»

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