El artículo de Pablo Llanos “Inteligencia natural, lenguaje artificial” publicado en el número 480 de la Revista de literatura Quimera, es una metralleta de ideas, reflexiones, preguntas, experiencias personales para hablar de la vida, de lo humano, de la consciencia y de lo artificial que hay en todo lo humano. 

Voy a empezar analizando la segunda parte del título: lenguaje artificial. 

Ángel Zapata en sus clases de Psicoanálisis para escritores dice que lo primero artificial que hay en el humano es el lenguaje. Aristóteles escribió un libro sobre el alma, como elemento que anima o da vida a los seres vivos y hace una observación: para todas las funciones que realiza el cuerpo humano tiene un órgano adecuado excepto para el lenguaje que no tiene un órgano propio, sino que se sirve de otros cuyas funciones son otras. 

El ser humano es el único ser que tiene palabras, y sin embargo, no tiene un órgano apropiado para hablar. El ser humano no nace preparado para hablar. Fabricamos la voz desplazando la glotis dos centímetros hacia abajo, es decir, que para que del cuerpo humano salgan palabras,  hay que modificarlo. Cada idioma crea cierto tipo de voz, de sonido. El lenguaje no estaba previsto en nuestra naturaleza pero sí la capacidad para aprenderlo.

Los bonobos son muy parecidos a los chimpancés pero no son monos sino homos. Son homos como los humanos pero no hablan. Son capaces de aprender el lenguaje de los signos y lo hablan con fluidez y soltura. Tienen una capacidad de un niño de cuatro años. Sin embargo, los niños-lobos criados por animales no hablan, son animales, no hay ningún rastro de humanidad en ellos. 

Lo que quiere decir que lo humano está fuera de nosotros. Lo que nace no es un humano, nace un bonobo y hay que convertirlo en un ser humano, y esto se hace a través del lenguaje.

El lenguaje es una construcción social e histórica por fuera de lo natural. El lenguaje en sí mismo es un sistema de signos. La palabra es un signo lingüístico arbitrario, ya que no tiene relación con la cosa significada, de hecho consta de dos planos, el significante y el significado que forman una unidad compacta. El significante es la señal acústica al que se le une un significado. Además, una palabra no tiene valor por sí misma sino en relación con otras. El lenguaje está hecho de palabras que no son nada. El lenguaje no puede explicarse sin la metafísica. 

Lacan dice que si entendemos el concepto como un acto de entendimiento, estamos introduciendo otra entidad metafísica para explicar el lenguaje. Si aceptamos el concepto de casa como edificio para habitar, nos encontramos con otros tres significantes (edificio – para – habitar), así que no hay nunca significado sino sólo significantes. Pero entonces, para llegar al significado habrá que recorrer una lista de significantes encadenada a otras listas de significantes y éstas a otras y así hasta el infinito. Pero si esto es así, ¿Cómo podemos entendernos los humanos? Para Lacan la regla general es el malentendido y sólo a veces se producen unos efectos extraños, que es cuando nos entendemos. ¿De qué depende entonces que nos entendamos? Básicamente depende de nuestra voluntad de querernos entender. El que un humano entienda a otro es un acto de amor.

Y ahora le toca el turno a la Inteligencia natural.

Dice Pablo Llanos en su artículo: “No puedo evitar pensar en que he visto a las mejores mentes de mi empresa trabajando de forma automática, sin mojarse, sin responsabilizarse, sin pensar, haciendo lo que hay que hacer porque lo han dicho quienes piensan. Pero nadie sabe quién piensa. Siempre hay alguien más arriba que ha pensado lo que había que hacer.” 

Esto me recuerda a la lista de significantes que he mencionado más arriba y que hacen referencia a otras listas de significantes y así hasta el infinito. Lo cual me lleva a la pregunta de si realmente los humanos pensamos o delegamos en otros esta función. En definitiva, yo ¿qué estoy haciendo al escribir esta reseña? Estoy citando a Ángel Zapata, el cual cita a Aristóteles, a Lacan…, a Pablo Llanos, que a su vez cita a J.M. Coetzee, a Gloria Fuertes, a Lorca, a Alejandro González de Iñárritu, a Allan Ginsberg, a David Peoples…

La identidad del humano es una amalgama de muchas identidades. Somos como las palabras. Los humanos estamos en continua construcción, no nacemos humanos, nos convertimos en humanos a través del lenguaje. 

La humanidad, la compasión, la autenticidad se relacionan con el lenguaje mediante el acto poético. Pablo llanos insiste en que no debemos dejar de hacer ni de leer poesía que contenga verdades, en cualquier situación.

Y para concluir habría que hablar de lo que nos diferencia de una Inteligencia Artificial y entre tantas cosas que se podrían decir, Pablo Llanos elige nuestra capacidad de hacernos preguntas incorrectas y no encontrar respuestas de inmediato y lanza una apuesta por las inteligencias artificiales de lenguaje natural,  tal vez con su ayuda, seamos capaces de encontrar la respuesta a la pregunta ¿para qué sirve la poesía?

IMAGEN PORTADA | Exposición IA: Inteligencia Artificial en el CCCB


Marisol Moreno Beteta

Jugadora de ping pong entre las ciencias y las letras. Ingeniera Técnica en Informática de Gestión (UCM) y licenciada en Estudios de Asia Oriental, con la especialidad en China (UAM). Fuentetaja y Escuela de Escritores han sido también lugares donde he habitado y he aprendido mucho. Irredimibles es un refugio en el que me gusta estar, crear, creer, crecer, compartir, sentir, vivir. 

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