Omisión o falta, ese es el significado en griego de elleipsis, de la que proviene nuestra palabra «elipsis». La elipsis como figura retórica es el lugar de la ausencia, de decir con lo que se omite haciendo que esta omisión acabe haciendo resaltar aquello que no se dice. La elipsis es un paréntesis, un salto temporal, un agujero de gusano que permite al infinito alcanzar los límites de lo pequeño. Un eclipse. La paradoja de la elipsis reside en que pone el foco, ilumina, aquello que no está, es, a la vez, condición y posibilidad de lo dicho.
Por esto y no por otras cosa, es uno de los recursos a los que los escritores acuden una y otra vez:
LA ELIPSIS
Fue a morder el pezón, pero en sus encías no había dientes.
(Juan Jacinto Muñoz Rengel, El Libro de los Pequeños Milagros, Páginas de Espuma, 2013)
ELIPSIS
Tengo la sensación
de que te conozco desde siempre,
le dije después
del primer beso.
Tengo la sensación
de que ya no te conozco,
me dijo antes
del último portazo.
(Pablo Llanos Urraca, Manual de Modelado de Corazones para Hombres de Hojalata, Cuadranta, 2022)
Y desde aquí llegamos al poema de nuestra autora invitada, Mari Mar Estévez, que lleva por título ELIPSE Nacida en el año 1963 en Bañobárez (Salamanca) en esas explanadas inmensas donde el cielo nocturno se vuelve infinito
Adoptada en 1983 por la ciudad de Donosti, donde el mar recita poemas y llena los ojos de azules y grises.
Dejó transcurrir buena parte de su vida soñando con ser poeta y astronauta, entre unos sueños y otros se dedicó a cosas más terrenales, como formar una familia. Hace poco, con la familia ya crecida, la poesía entró de lleno en su vida y es feliz en actos de poesía experimental, clásica, artística…
Sigue soñando con viajar por el universo. Mientras eso llega, completa su mundo con poemas y encuaderna libros de artista totalmente poéticos.
ELIPSIS
«Que tu mirada colme mi pecho de ternura
y enajenada toda no encuentre otro motivo
de muerte que tu ausencia.»María Victoria Atencia.
He detenido el mundo
y no existe nada más
que la Luna, Venus y yo,
frente a este mar inmenso y oscuro.
Irrumpe una ola,
roza levemente mis pies,
refleja la luz de la Luna y retrocede.
Se acerca otra ola,
me adentro un poco más en ella.
Vibra mi cuerpo en el momento justo
del fatal encuentro bajo mis pies.
Una ola moribunda es empujada
por la fuerza de otra ola,
en un último estertor agonizante.
Imagino que son dos amantes
buscándose desesperadamente
y solo se encuentran
en el momento de la muerte.
Como aquella vez que descubrí
tu mirada, furtiva y hermosa
y creí morir deseando lo efímero.
Tus ojos tienen el brillo de Venus
Que en breves momentos
será invisible bajo los rayos de sol.
Mari Mar Estévez
PLU29-NOMI
Victoriano Campo
Muchas gracias, M. Mar Estévez, por regalarnos este poema. Es algo así como recitar en voz alta el momento íntimo entre el ser humano y la naturaleza, a través de ese momento mágico como son el devenir de las olas del mar. Percibo un guiño a Neruda, sobre el poema en el que compara a las olas con un tigre. Cosas del amor… Gracias, de nuevo.