Silvia Goldman, poeta, docente e investigadora, nos invita a un viaje profundo y visceral en Lo que se hereda es la orfandad (Editorial Karima dentro de la colección Aisé de poesía, dirigida por la poeta Sara Castelar Lorca).
Esta obra, cargada de simbolismo, aborda temas universales como el duelo, la memoria y la maternidad a través de un lenguaje onírico, surrealista y una estructura poética que impactan y conmueven.
El libro inicia con una prosa poética intensa, donde la voz de la autora se presenta como una figura equina que combina cuerpo y espíritu, en una metáfora de hambruna y de voracidad existencial. El pasado, revelado a través de imágenes de mobiliario polvoriento y enseres personales, se convierten en el hilo conductor de una poética que se despliega en torno al número cuatro.
La casa-laberinto es uno de los escenarios principales, un espacio donde el alma, lo sexual, el corazón y la racionalidad se entremezclan. Este hogar, lleno de ventanas, pisos y estancias, se transforma en una representación del inconsciente, una cartografía emocional que invita al lector a explorar las capas más profundas de la memoria y los sentimientos frente a lo irrevocable.
Un eje central del poemario es la ausencia materna, descrita a través de poemas que confrontan el paisaje de lo fúnebre. La obra también reflexiona sobre el deterioro cognitivo, ese “olvido atrincherado” que deshumaniza y transforma al adulto en niño. En este contexto, el lector es testigo de la muerte silenciosa y de la impotencia que acompaña a quienes enfrentan la decrepitud y la parafernalia de los rituales del deceso.
Uno de los temas fundamentales de la obra es la ausencia materna. A través de una sucesión de poemas que combinan imágenes recientes y recuerdos desgarradores, Goldman construye un duelo donde la sintaxis y el simbolismo consolidan la aceptación y la transforman en un acto poético.
La obra encuentra su clímax en un espacio que evoca un velatorio, donde el ayer lleno de vida se vuelve gélido e innombrable. El duelo se plasma con un idioma punzante de preguntas sin respuestas. La boca, como símbolo recurrente, emerge como puerta y frontera hacia lo desconocido, sugiriendo destinos inciertos, paternidades ambidiestras y casas desamparadas, una poética de la desolación y el vacío.
Goldman recurre al estilo del surrealismo mágico para tejer una trama que genera tensión y desasosiego en el lector. Esta estrategia refuerza el reproche y el inconformismo ante la fragilidad de lo vital y los roles generacionales que se ven atrapados en la orfandad conceptual de la maternidad: hija-madre, madre-hija.
Los objetos cotidianos —una silla, una mesa, un zapato— son tratados como alegorías que, a pesar de su inanimación, contienen vida propia. Estas imágenes invitan al lector a reflexionar sobre el peso de lo heredado, no solo en términos materiales sino también emocionales, espirituales y físicos.
Editorial: KARIMA EDITORA
Año de edición: 2024
ISBN: 978-84-126739-3-7
Páginas: 101
Encuadernación: Rústica
En conclusión, “Lo que se hereda es la orfandad” es una obra que desarma y conmueve. Con una habilidad literaria Silvia Goldman construye una atmósfera densa y poética cargada de significados profundos. Este libro no solo invita a la introspección, sino que también deja una huella indeleble en el lector, marcando el duelo, la memoria y la maternidad como los grandes debates de esta magnífica creación.
Lluïsa Lladó nació en Palma de Mallorca en 1971. Es diseñadora, especializada en revestimiento cerámico.
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Ha publicado: “Azul-lejos” (Parnass, 2013); “El bosque turquesa” (Torremozas, 2014); “La marquesa de seda” (Unaria, 2015); “El arca de Wislawa” (Torremozas, 2017); “La complejidad de Electra” (Torremozas, 2020). Su último poemario “Etiqueta Roja” (Loto Azul, 2023).