Nenúfar

Si no fuera caballo de tropilla,

rata de biblioteca

cangrejo solitario.

Si no tuviese la gravedad y su fuerza 

atada a mis talones,

cambiaría de reino, 

de medio

y de tiempo.

¿Qué sería de mí ataviada de hojas,

zambullida en la charca,

flotando en el estanque?

Tendría nervaduras, cañerías de savia

Un pecíolo frágil.

La hinchazón del rizoma.

Cubriría el espejo con mis círculos verdes

Salpicados del blanco que en lo oscuro despierta

 y a la noche perfuma.

Construiría en la presa un Templo de Filae

Arquitecta de pétalos

Capiteles de loto.

No sabrías que escondo raíces tan largas,

látigos fibrosos,

que se anudan en racimos

hasta anclarse en lo muy profundo.

Musa de Giverny,

De un jardín de agua fresca.

El pincel de Monet sabría mi secreto:

Un nenúfar que flota, se hunde y se moja

pero jamás se ahoga.


Arenero

Clavo la pala y hago otro hoyo

que ahora es un túnel

donde se encuentran 

mis manos.

Están en el foso 

de otro castillo de arena.

Ellas saben de lo frágil,

de lo inminente,

de la pisada que lo destruye

y del derrumbe.

Sin embargo, persisten construyendo

algo tan efímero

como la esperanza.


A la edad en que ya te has comido tu propio corazón

varias veces

Y se lo has arrojado a los perros

otras tantas

¿aún tienes ganas de que lata deprisa?

¿Que corra y se precipite dentro tuyo hasta estrellarse

en un rincón de tu cuerpo?

Te estoy hablando del vértigo benigno,

del vértigo de los vértigos.

Quema las cartas documentos, los juzgados

abogados y mandamientos, los ataques de pánico

Olvídate también de las deudas, 

las pérdidas, las injusticias, los errores

tu falta de amor propio.

Deshazte del dolor, las enfermedades, tus muertos

tus fracasos.

La infelicidad de la rutina.

La insatisfacción perpetua.

Quizás quede un resabio de ese corazón que alguna vez 

supo galopar rápido

al subir a un escenario,

al sumergirse en un Rothko,

al leer un verso de ee cummings, (siempre cummings)

(Ese que llevaba un corazón dentro de su corazón.)

Quizás todavía tenga un resto que bombee furioso

con toda tu boca en toda su boca

buceando en ese beso 

inconfesable.


3 comentario sobre «La poesía de Mafer Valdez»
  1. No había tenido oportunidad de leer estos tres poemas. Realmente me parecen joyas. Cada uno con un estilo porque sos una fiera de la palabra Maria Fernanda. Te lo digo y te lo repito aquí todo esto que tú escribes tiene ms que ponerlo en más sitios. Por favor hazlo. Vamoos sin más tregua. Abrazo fuerte y enhorabuena

Los comentarios están cerrados.

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