“Escribir, al fin y al cabo, consiste también en recopilar fracasos” reseña de Física de la tristeza de Georgui Gospodínov

Me gusta leer varios libros a la vez. No recuerdo cuando adquirí esa costumbre ni por qué. Quizás fue en una temporada en la que tenía hambre, no lo sé. Sin embargo, sí sé por qué mantengo el hábito: leer varios libros a la vez (de preferencia de temas diversos; por ejemplo. una novela, un ensayo y un libro de poesía) enriquece la lectura de los mismos. Se entremezcla las ideas en mi mente y pienso (igual me equivoco) que tengo una experiencia de lectura más interesante.


Cuento este detalle porque a la vez que leía Física de la tristeza de Gospodínov comencé a leer El cisne negro un ensayo acerca de sucesos muy poco probables, que solo después de que ocurren pueden ser explicados, más no pudieron ser precedidos, y que en ocasiones cambian el cursos de los acontecimientos (y de la historia). Curiosamente, Nassim Nicholas Taleb (el autor del cisne negro) relata el hecho improbable de una autora Yerguevna que fue rechazada por muchas editoriales hasta que se autoeditó y una editorial pequeña se fijó en ella y finalmente fue un éxito de ventas. Entonces, todos explican lo motivos de su éxito.

Nassim se vale del ejemplo de Yerguevna para explicar el fenómeno del cisne negro solo que al final de una de las páginas, precedido de un asterisco, el autor nos avisa que Yerguevna es ficticia.

Yerguevna es ficticia, pero Gueorgui Gospodínov es real.

Yo no soy Nassim ni Gueorgui, pero me he contagiado de su audacia así que me atrevo a formular que Gospodínov es un Cisne Negro en la literatura actual tan llena de novelas negras, novelas históricas y gorgoritos literarios. Original, muy original.

Física de la tristeza es un libro que te sorprende desde la estructura y el desafío a los cánones literarios hasta el fondo, el cual yo encontré pleno de sensibilidad.

Comencé el libro marcando pasajes que me parecían interesantes y miren como iba quedando mi obra de arte


Después decidí que mejor era ir apuntándolas en un cuaderno, guardarlas para un día de melancolía, y conforme me acercaba al final me iba haciendo más y más consciente de que una frase no refleja un libro, aunque quizás sí despierta curiosidad. Hagamos la prueba:

“La vida entera puede narrarse como un catálogo de mudanzas”



¿Funcionó?

Espero que al menos sirva para continuar leyendo, porque llevo varios párrafos y aún no he hablado de qué va el libro sí, quizás lo haga (o quizás no, me siento invadida por el espíritu juguetón del autor) pero antes de avanzar quiero hacer una pregunta:
¿por qué lees? Si la respuesta es para evadirte y sumergirte en otros mundos de fantasía, te ahorro 370 página de lectura. Este libro no es para ti.
Si eres de los que leen porque buscan respuestas a sus propias preguntas vitales: este libro no tiene respuestas pero te va a interesar
Si eres de los que leen porque buscan un estímulo intelectual, ampliar su mundo y disfrutar de la literatura en el amplio sentido de la palabra Física de la tristeza puede cumplir sus expectativas.

Antes de continuar no quiero que parezca que juzgo con las distinciones anteriores. No me gustan las etiquetas y yo misma pertenezco a los tres grupos lectores que he mencionado antes, solo que en momentos distintos. De hecho me hice la misma pregunta y disfruté de mis múltiples respuestas.

“Estamos hechos de laberintos”

Gospodínov se apoya en el mito del Minotauro para pivotar toda una historia construida como un laberinto con fragmentos de historias de su familia (en cuya piel se mete y narra en primera persona, en un ejercicio de extrema empatía), historias propias e historias que compra. El laberinto es quizás el de su propia vida y realiza el esfuerzo por contarla como un intento de conservar el recuerdo, detener el tiempo o viajar a través de él para vencer la melancolía.

” A veces se me aparece… un libro en el que leo mi propia historia, repleta de errores.”

A mí también.

Creo que como cualquier laberinto tiene múltiples caminos para ser transitado, Física de la tristeza tiene muchas lecturas, más de las que yo seré capaz de expresar en una reseña. Aunque solo sea por eso, espero que os invite a descubrir a este autor.

Gracias por llegar hasta aquí.

Verónica Avilés Calderón

Gueorgui Gospodinov

Gueorgui Gospodínov (Yambol, Bulgaria, 1968) es el escritor contemporáneo más leído y premiado de su país. Novelista, poeta y dramaturgo, traducido a cerca de treinta idiomas, cuatro de sus colecciones de poesía recibieron premios nacionales, pero su reconocimiento internacional solo llegaría con la publicación de su primera narración larga, Novela natural. Su colección de relatos Y otras historias fue nominada para el Frank O’Connor Award. Su segunda novela, Física de la tristeza, agotó su primera edición en un solo día y se convirtió en el libro más vendido de la década en su país. Finalista de los premios Strega y Gregor von Rezzori, y ganadora de prácticamente todo premio posible en su país, su publicación fue saludada internacionalmente como uno de los acontecimientos literarios de la década.

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