José Luis Díaz Caballero: “Si el escritor cumple con su misión, la escritura tiene su propia voz”

           “Ningún ocaso demasiado intenso” (Velasco Ediciones, 2024) es la última novela del escritor y crítico literario José Luis Díaz Caballero. Colaborador en Zendalibros  o El Comercio, entre otros medios, ha publicado varias novelas que afianzan su distintiva y, profundamente, personal voz. En esta novela acompañamos a un escritor español, quien acaba de ser abandonado por su esposa, por un viaje a través de Noruega, donde el protagonista se enfrenta no solo a la soledad, sino también a sus propios fantasmas, mientras intenta concluir su última novela. La figura de su ex-esposa se mezcla con el personaje de ficción que ella misma inspira, generando una lucha interna y una búsqueda personal. Díaz Caballero ha sido galardonado por su obra El rugido de las sombras, finalista del Premio Onuba (2015) y del Premio Caligrama (2017), y Sudor y lluvia tras el fin del mundo (2018), con la que obtuvo el segundo premio Fray Luis de León de narrativa. En 2022, publicó Cien cruces arrastradas (Velasco ediciones), consolidando su trayectoria narrativa que comenzó en 1997 al obtener el premio Los Nuevos de Alfaguara.

1. Una crisis personal arroja al protagonista a un viaje que, si bien en principio parece una huida, acaba convirtiéndose en un encuentro consigo mismo. En esta novela hay dos viajes, uno exterior a Noruega, y otro interior. ¿Es la aventura, el viaje con su soledad el momento del encuentro con el verdadero yo?

Lo es, sin duda alguna. No afirmo que la aventura y el viaje sean lo mismo, pero hay en ambos una necesidad de búsqueda, el deseo de regresar a un lugar desconocido y anterior. En él reside el verdadero yo. Siempre he pensado que ese viaje y la aventura que contiene pueden suceder en espacios muy reducidos, pero en mi caso, tuve que viajar a Noruega para romper, no solo cruzar, las muchas fronteras que me impedían ver y verme con claridad.

2. Tu anterior novela “Cien cruces arrastradas” (Velasco Ediciones, 2022) era una fábula política que rozaba la distopía y ahora te adentras en la autoficción. Este género actualmente provoca no poca controversia en el panorama literario actual, ya que, en ocasiones, se acusa de falta de imaginación al autor o de impostura. ¿Qué te aporta la autoficción? ¿Por qué elegiste este género? Y dado que la frontera entre lo real y lo ficticio parece diluirse. ¿Cómo defines el papel de la ficción en tu obra y tu relación con la verdad/ lo real? ¿Lo ves como un ejercicio de transparencia o más bien como una manipulación consciente de la memoria y la identidad?

En ocasiones, y esto puede ser preocupante, me cuesta distinguir la ficción de la realidad, al menos en un plano teórico. ¿Qué es lo real, o cuánto hay de ficción en las distintas realidades que consideramos irrebatibles? ¿Es “verdad” lo que sucede frente a mí y no aquello que imagino mientras se desarrollan otros muchos sucesos de los que no sabemos el origen y la causa? O todo es ficción, o todo es realidad. Dicho de otro modo, la ficción y la autoficción pueden cohabitar en el mismo espacio. Sin embargo, y aquí reside la diferencia, la fuente de conocimiento del escritor que recurre a la autoficción es más directa, nada tamiza la experiencia que da inicio al proceso creativo. Con mi anterior novela, “Cien cruces, arrastradas”, recurrí a la fábula, a la tragedia y a la prosa poética para hablar, por ejemplo, del poder, la emigración y el progreso, pero también, y eso lo descubrí más tarde, de ciertas experiencias (pienso en la soledad y el intrusismo).

Las ficciones se construyen sobre un conflicto interior, y la autoficción, por las razones que ya he comentado, se nutre de un material que es vívido, que sobrevive dentro del autor, que pierde sus matices debido a la fragilidad de la memoria y gana otros muchos gracias a los esfuerzos del escritor por manipularla y por manipular su propio deseo. Y creo, respondiendo a tu pregunta, que no hay mayor ejercicio de transparencia que este.

3. El protagonista de “Ningún ocaso demasiado intenso” es también un abogado, profesión que ejerces, supongo que es una pregunta reiterada en entrevistas, ¿Cómo crees que el oficio de abogado, con su enfoque en el lenguaje preciso y el razonamiento lógico, ha moldeado tu mirada como escritor? ¿Se filtra este rigor analítico en tu construcción de personajes y tramas?

La abogacía y la ficción tienen, casi siempre, un vínculo demasiado estrecho. No diré que el abogado y el escritor cumplan una misma función, pero el proceso creativo de ambos guarda muchas similitudes. En mi caso, la lógica jurídica y la precisión lingüística que se le exige a un abogado han hecho que me empodere dentro de la ficción. Dispongo, como señalas, de un rigor que me permite ser preciso en el uso del lenguaje, en su manipulación, incluso, para alcanzar la imagen perfecta, la sensación (o la emoción) que una escena o un diálogo requieren.

Ningún ocaso demasiado intenso

José Luis Diaz Caballero

Velasco Ediciones, 2024

Páginas: 162

Tapa Blanda

4. Por otro lado, uno de los rasgos que siempre me han sorprendido de tu prosa, es tu narrativa, cercana a la prosa poética. Por ejemplo, en “Cien cruces arrastradas” el lenguaje ocupaba un lugar importante en la propia estructura de la novela y en esta hay pasajes llenos de poesía. ¿Cómo logras equilibrar el tono poético con la narrativa, y qué lugar ocupa la poesía dentro de tu proceso creativo?

Soy, y he de admitirlo, un poeta frustrado. Pero me aplico, en la medida de mis posibilidades, la siguiente afirmación de Roberto Bolaño: en prosa se puede escribir muy buena poesía. La palabra poética es superior a cualquier otra manifestación literaria y la lógica del poeta supera con creces la laxitud, a veces inconsciente, del novelista. Si la poesía es una condensación de la belleza, la prosa no debe quedarse atrás, aunque esté lejos de ello. No concibo el desarrollo de una historia sin recurrir al lirismo. Soy consciente de que esto me obliga a ser muy disciplinado en otras facetas del proceso, como la medición del ritmo y el cuidado de la fluidez narrativa. Pero creo que, más allá de mis fracasos, camino en la dirección correcta.

5. La literatura y la creación literaria es uno de los hilos que urden la novela con una interesante una reflexión metanarrativa en ella, en concreto, sobre los bloqueos del escritor, la creación de los personajes literarios y las motivaciones que subyacían en la escritura de “Sudor y lluvia tras el fin del mundo”, tu segunda novela, ¿Hasta qué punto la escritura misma es un personaje dentro de la novela?

Lo es, sin duda. Escribir no es solo un compromiso. En ocasiones, es un hecho o un personaje de carne y hueso. Lo sentí cuando me dispuse a terminar mi segunda novela. La escritura, siendo una especie de fenómeno, me acompañó durante el viaje. Y ella, al igual que yo, evolucionó. Así lo he intentado reflejar en mi novela, “Ningún caso demasiado intenso”. Si el escritor cumple con la misión de escribir, la escritura tiene su propia voz. Y esta se agita, se silencia y modifica su discurso en compañía de quien debe materializarla. Así es la literatura, pero también la vida. Y cuando el escritor incurre en esas digresiones metaliterarias, en el fondo le explica al lector algo que este conoce muy bien.

6. Una característica de tu estilo es el diálogo con otras obras y autores que, de alguna manera, configuran una sólida arquitectura sobre la que asientas tu visión del mundo y tu escritura, sin que haya en ello nada de erudición vacua. En esta novela aparecen Lorca, Conrad, Kapuściński, Baroja o Ortega y Gasset, por citar algunos, ¿Qué implica la literatura en tu vida?

La literatura es mi modo de ser. Estoy, observo, vivo, amo, deseo, yerro gracias a la literatura, por la literatura. Adentrarme en ella, escribir sobre ella dentro de la ficción es un modo de conocerme, de encontrar un espacio en el que respirar mis contradicciones con absoluta libertad.

7. En relación con la pregunta anterior, el escritor Karl Ove Knausgård y su novela “Mi lucha” son muy importantes en este viaje a Noruega, pues, en cierta medida, lo motivan, convirtiéndose en un personaje que acompaña, como una sombra, a través de sus libros al protagonista, ¿Qué influencia ha tenido en tu escritura o en tu concepción de la literatura?

Karl Ove Knausgård es el autor que con mayor honestidad y transparencia ha hecho de su propia memoria un espacio literario, colectivo y universal. En el plano estilístico, compartimos una visión de la realidad descriptiva. Más allá de los muchos laberintos propios de la autoficción, en su obra se impone la verdad. Y no creo que la literatura pueda resistir sin ella. Noruega era y es su paisaje emocional, y lo supe desde el inicio del viaje. Pero al igual que él, la reflexión literaria debía conducirme hacia un lugar primario y absoluto. Solo Karl Ove podía ser, y lo fue, mi particular Virgilio.

8. Una frase que te define es la persistencia de “una gran obsesión por traducir el mundo en uno de sus muchos cuadernos”. Me consta que viajaste acompañado de un cuaderno en el que anotabas y capturabas, como un fotógrafo, los instantes, sensaciones, sentimientos… Probablemente, en uno de estos cuadernos se encuentre el germen de esta novela o no. ¿Cómo surge la necesidad de escribir esta novela? ¿Cuál fue el proceso de escritura y corrección de la novela?

Viajar sin dejar constancia del paisaje me resulta imposible. Noruega no fue una excepción. El germen de “Ningún ocaso demasiado intenso” se encuentra en ese cuaderno de viaje al que acudo de vez en cuando, quizá movido por la nostalgia. La necesidad de escribir esta novela irrumpió como un impulso. Hay algo de irracional en ello, pero también extraordinario. Su escritura nació como respuesta a un deseo que no sé definir, y su corrección, gracias a la cual la novela es y vive, fue tan estimulante y placentera como el impulso inicial.

9. ¿Qué has aprendido durante el proceso de creación de “Ningún ocaso demasiado intenso” que no habías aprendido en tus obras anteriores?

Es difícil saberlo, pero considero que solo a través de la mirada ajena puede alcanzarse la coherencia, ya sea esta personal o literaria.

10. Después de cuatro novelas publicadas, ¿cómo ha evolucionado tu escritura?

No puedo decirlo, porque no lo sé. O no soy demasiado consciente del modo en que abordo hoy el proceso creativo. Me dirijo, eso sí, hacia un estadio más poético y preciso. Creo que mi prosa responde hoy a una visión de la literatura, y de la ficción, más poética y reflexiva que antes, donde la acción no es más que la plasmación de la palabra.

11. ¿Para qué y para quién escribes esta novela? ¿Por qué debe leerse “Ningún ocaso demasiado intenso?

Nunca he pensado que el escritor deba tener en mente al lector durante el proceso creativo. Como bien apuntó Cortázar, este último es un compañero que aguarda al otro lado del río. Pero sí diré que “Ningún ocaso demasiado intenso” debe leerse como la crónica de una búsqueda. Todos buscamos, con mayor o menor fortuna. Y lo hacemos a través de la experiencia. Viajar, crear y observarse es el germen de todo. Y dado que todos aspiramos a la totalidad, esta es una buena novela para dar el primer paso.

12. Tras la publicación de esta novela ¿Qué otros proyectos literarios ocupan tu presente?

Con mi quinta novela ya escrita, mi siguiente objetivo es comprobar si puedo publicar mi primer poemario.

¡Muchas gracias José Luis Díaz por este tiempo!  


Patricia Crespo (Valencia). Ha publicado los poemarios Erosgrafías (2018), Cantos de la desesperanza (2020), y Manifiesto de incertidumbre (OléLibros, 2022). Ha publicado su poesía en diversas revistas nacionales e internacionales como Salmacis, Parnaso, Pluvia o Letras indelebles, así como sus poemas y relatos han sido recogidos en varias antologías y obras colectivas. Colaboró con el programa radiofónico “Mar de Muses” dedicado a la poesía. Es miembro de la Plataforma de Escritoras del Arco Mediterráneo y de la Academia Norteamericana de Literatura Moderna Internacional.

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