Reseña de «Vigilia: conjeturas sobre la ilusión», de María Beleña

«Vigilia: conjeturas sobre la ilusión», de la poeta María Beleña, está publicada por Editorial Olifante y contiene un original epílogo de María Ángeles Pérez López. 

Vigilia es, además, un libro distinto al trabajo anterior de María Beleña: una poeta que se ha desmarcado de la uniformidad lírica actual mediante una apuesta por lo experimental, lo filosófico y lo plástico. No es una poesía para ser simplemente leída: es una poesía que exige ser observada y sentida para quienes entienden la poesía no solo como un lenguaje, sino como una forma de percepción visual y sonora, con un léxico cuidado donde el poema no dice, sino que expone. 

El libro está dividido en tres partes:

La primera sección (Realidad Sensible) se caracteriza por párrafos, separados por puntos apartes y comenzando siempre en minúscula. En muchos casos, la última palabra de un fragmento se encadena con la primera del siguiente, creando una sensación de flujo continuo, como un organismo vivo en respiración cíclica. Es una escritura sintética, que parece hablarnos desde un sueño lúcido. La palabra no se presenta como adorno, sino como herramienta quirúrgica.

En la segunda sección (Realidad Inteligible), la estructura se relaja. Aunque se mantiene el estilo en párrafos justificados visualmente compactos, las oraciones comienzan ya con mayúscula, y el tono se vuelve más discursivo, más conceptual. 

La tercera parte (Hacia el Sol/ Hacia el Bien ), actúa como umbral hacia una nueva comprensión a camino entre la dramaturgia y un diálogo interno.

En su base, Vigilia es un poemario donde la poesía se convierte en una práctica somática. El mundo natural no está ahí como decorado sino como sujeto poético. La autora da voz al bosque, al cuerpo, a los insectos, al herbolario y al saber oculto, como si participara en un aquelarre científico, un ritual donde lo empírico se funde con lo esotérico y la superstición.

En este sentido, no es casual que el libro comience con nueve sentencias (que podrían leerse como pilares de un manifiesto), donde se afirma que tanto el sueño como su víspera son comunes a vegetales, animales y minerales. Esta visión amplificada de la vigilia, que la asimila a un proceso biológico universal, convierte al libro en una especie de tratado de alquimia contemporáneo, que no busca complacer al lector, sino transformarlo, y lo consigue a través de una atmósfera reflexiva, de un cansancio que no viene de la fatiga física sino de un tedio ante sus tragedias reiteradas, su ruido constante.

María Beleña se inscribe, sin imitar, en una tradición de escritoras que han tratado la meditación simbiótica como espacio liminal: desde María Zambrano, que reivindicaba la “razón poética” como vía de conocimiento, hasta Olga Orozco, que exploraba los estados intermedios entre lo tangible y lo intuitivo. 

Vigilia no es solo un poemario. Es un instrumento de observación, una lente aumentada, un catalejo-microscopio-poeta que enfoca la vida desde su embrión hasta su término. Un libro que exige un papel implicado que devuelve revelación. Una obra que no teme mirar lo que todos pasamos por alto: el instante anterior a la vida.


Lluïsa Lladó nació en Palma de Mallorca en 1971. Es diseñadora, especializada en revestimiento cerámico.

Ha publicado: “Azul-lejos” (Parnass, 2013); “El bosque turquesa” (Torremozas, 2014); “La marquesa de seda” (Unaria, 2015); “El arca de Wislawa” (Torremozas, 2017); “La complejidad de Electra” (Torremozas, 2020). Su último poemario “Etiqueta Roja” (Loto Azul, 2023).

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