Silvia López Ripoll (1969) es una poeta nacida en Barcelona, de padres aragoneses. Es filóloga y profesora de español para extranjeros en la Universidad de Barcelona. Su pasión por las palabras y la enseñanza la ha llevado a publicar una decena de manuales didácticos para los estudiantes de español y los poemarios En este tiempo prolongado (Cuadranta, 2021); Y la que escucha no es ella (Ediciones Vitruvio, 2024). Sus poemarios han sido reseñados en diversas revistas, entre ellas, Zenda o Pliego Suelto. Ha colaborado con entrevistas y ensayos en publicaciones digitales, entre ellas, La libélula vaga, Nagari o Poémame. Participa en recitales poéticos y organiza actos culturales: Poesia a cop d’ull (Pati Llimona, Barcelona).

Y la que escucha no es ella, de Silvia López Ripoll, es un poemario que tiene forma de canción: Tema, Variaciones, Coda. El mundo como un pentagrama donde las notas se juntan, se separan, algunas no se conocen, hay silencios, notas que vuelven a unirse para repetir algo que en realidad es nuevo porque está en otro espacio-tiempo. Nada es algo por sí mismo. Un libro inspirador sobre cómo nuestras emociones van creando la canción que nos define, sobre la maravillosa conexión con la realidad que nos regala la poesía y sobre la reconexión con uno mismo. Una meditación acerca de las cosas pequeñas y significativas que mueve la poesía.


Y la tierra verde y el sol amarillo 
y no aún la poesía
y los ojos que ven líneas con puntos
negros en su centro
y los caminos
y la poesía un no poder decirla
y la tierra verde y el sol amarillo
y el balanceo
no el tiempo
y la precisión
pero no aún
si alguien lo supiera

y la que escucha
la que escucha no es ella.

Por qué me miras así
cómo decirlo
como la brisa ardiente
en la orilla
o la luz atrapada
entre nubes
que chocan con montañas
o el movimiento
que rescata quimeras
en la noche
o el salto
que retumba libre
en su caída
o un astro
que arde mucho
mucho tiempo
por qué me miras así
quién eres tú
que buscas la felicidad
incluso en el templo
más triste.



O esas maravillas
que esperan a que puedas liberarlas
extenderlas
igual que el cielo en la llanura
vuelca azul en el verde
amarillo en el verde
rojo en el verde

y trozos de arcoíris bajo los aspersores

por favor
un momento de atención
esto es una pista de sueños
como una puerta estelar
y tú conduces
y yo soy el copiloto que te baja las ventanillas

para que el aire tiemble y suenen pájaros.

Y así
en duración
dices cosas en voz baja
y tu voz es un enigma
que no puedo escuchar
y mueves los labios
como si supieras algo
que yo no sabré jamás.

Y traes la alegría
y el estado de alegría
está lleno de alegría
abrazado a la alegría
alegre en la alegría
puedes extraer palas de alegría
de él

y estás alegre
alegre
y siempre lo estarás
y así sin cesar
hasta no tener nunca suficiente
como si la alegría prometiera
demasiado

y alégrate
pero no te alegres
pero alégrate.

El árbol
la rama
las plumas
el mecanismo en que terminan las patas
como promesa de fidelidad

tú ahí
música privada jadeada al oído

así cantan los pájaros un tiempo
y luego echan el vuelo
para que se acelere más el corazón

por las ramas asoman picos
pechos
ondas

todas las alas reiniciando
y tú ahí.

Y bajo la tierra
fuego
y en el sol
fuego
y en todo
el amor como un volcán
de fuego

hacia arriba
elevándose
rompiendo la corteza
de la tierra
seca
dura
agrietando
alimentando notas
en un mercado imaginario

redondas blancas
buen precio
corcheas semicorcheas
todo barato
fusas semifusas

silencio

en el regateo de notas
el precio no está marcado
pero tú ya sabes
qué valen las mejores

tú lo sabes
tú eres fértil
amor
porque de ti hacemos siempre
una nueva melodía

y la que escucha
la que escucha
no es ella
ella sólo mueve
las notas a distancia

y tú usas su voz para cantar.

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