Si vas a escribir sobre el agua
que sea con esa tinta indeleble del tipo water proof,
de la brillante y cálida
como los peces de colores que fabricamos
cuando todavía creíamos en nosotros,
imaginando
que nos crecerían branquias,
que respiraríamos en lo profundo
haciendo burbujas que engalanarían los espejos de nuestras pupilas,
que nadaríamos en este rio extraño y tormentoso
pero tan nuestro.
Y sin embargo, ya ves,
la sudestada arrecia y el otoño es impiadoso
como vos,
que insistís en borrar con los codos
todo lo dicho, todo lo hecho, todo lo escrito:
todo.
Te observo emerger contracorriente
tomar hondo el aire de la superficie,
flotar lejos hacia otras latitudes.
Y me pregunto cien veces
-sabés bien de mi afición por los números-
¿cuándo fue el instante preciso en que me transformé en ancla,
ya no más sirena?
y solo del amor quedaron sus escamas.
Ausencias
Dejé de extrañar las ausencias.
Opté por etiquetarlas
aislarlas en anaqueles
y olvidarlas.
Eso me tranquiliza.
Sin embargo,
de vez en cuando las reviso para cerciorarme
de que yo aún respiro.
Boca Nada
Enciendo
un Marlboro más
repitiendo
esta puta costumbre
de pasar el humo
echando vida.