CUENTACUENTOS
La niña que hay en mí
todavía alza los brazos
hacia ti.
Sabe que eres hogar,
permanente sol,
firme y protector
como un roble
con las ramas abiertas,
pilar arraigado a la tierra,
sombra eterna.
Es tu palabra, amuleto.
Tu consejo, refugio.
Consuelo, tu abrazo.
Semillas
que caminan
a mi lado.
Hasta que cese el viento
y puedan germinar, ser
su propia historia
donde tú siempre serás
mi cuentacuentos.