El siguiente relato quedó finalista en el II CONCURSO DE HISTORIAS DEL VIAJE DEL CLUB DE ESCRITURA FUENTETAJA (2017)

KENITRA, A VISTA DE GOLONDRINA

Aun teniendo cosas importantísimas que hacer en Jerez de la Frontera —como echar la primitiva del jueves—, preferí viajar a Kenitra y acompañar a mi madre para ver a la familia. Con mi “andalú-castellano” y mi chapurreo del francés me entendí bastante bien con los marroquíes (¡eso no te lo crees ni tú!);  sin embargo, no me arrepentí en absoluto de haber visitado la ciudad natal de mi progenitora: Me lo pasé de lujo y quiero compartirlo con vosotros, ¡viajeros golondrinas!

Sara

Sara con su prima Hiba.

BARRIO DE SIAD

Siad

Aquí es donde viven mis abuelos: Ahmed y Aicha. A cinco minutos andando desde su casa, se ubica un mercado que está abierto todos los días del año. Podemos encontrar una gran variedad de frutas, verduras, especias, carnes (pollo, vacuno y cordero) y un sinfín de cafeterías y pastelerías. Aunque tengan un aspecto rústico, os puedo asegurar que no he probado en mi vida una sandía, melón, higo chumbo o pescado con un sabor tan intenso que hasta adquiere personalidad y carismas propios en el paladar. ¡Una auténtica delicia!

Me llamó la atención un puesto ambulante de mazorcas de maíz tostado cuyo aroma nos atrapó cual abeja en flor. Más que personas, parecíamos hámsteres devoradores de lo que rico que estaba. A la hora del atardecer es típico encontrar un grupo de ancianos —en realidad, gente de casi todas las edades— sentados alrededor de una mesa tomando té, café o cualquier tipo de bebida, pero sin alcohol, ya que está prohibido empinar el codo en público para todo marroquí musulmán… Para poder degustar cualquier licor deben de ser muy discretos, y así evitar problemas con la policía. Se puede encontrar, por ejemplo, en el restaurante de ciertos hoteles o en algunas discotecas, pero no es lo habitual. El principal motivo es el tema religioso. Al igual ocurre con el tabaco. Un hombre puede tranquilamente fumar en la calle sin ninguna preocupación. Sin embargo, la mujer lo suele hacer a escondidas. En una peluquería exclusiva para damas, quien quiera fumar lo puede hacer sin miramientos. Es un local cuya puerta está cerrada, abren desde dentro y se respeta ese espacio para ellas. Además de ponerse guapas, aprovechan y echan unos cigarrillos en un ambiente ameno y relajado. Me gusta ir en contra de las normas, aunque eso en Marruecos no es aconsejable. Yo, para echar unas caladas cuando me encontraba en casa de mi yadda (abuela), tenía que subir hasta la azotea y estar siempre alerta para que nadie me descubriera, ni siquiera algunos de mis tíos. Y con un ambientador en la mano por si acaso… ¡Ay, cuánto mono pasé! 

LA MEDINA

Medina

Imagínate que estás en un gran centro comercial, en España, pero en vez de una nave muy grande y con varias plantas, todo se halla en múltiples calles y callejuelas rodeado de colores, olores (como los que desprenden las aceitunas mezcladas con especias naturales, la piel de cuero de una babucha o sandalia, o el tejido de una chilaba o gandora). Además, puedes encontrar todo tipo de orfebrería, alimentación (por ejemplo, crêpes marroquíes conocidos como al rghaif), teteras, telas preciosas para decorar la casa, electrodomésticos, carpinteros artesanales… y a todo esto le añadimos el bullicio del gentío, el calor humano y del sol, pedigüeños quemados por su propia existencia, mujeres a pie de calle que hacen la henna con maestría, dedicación y en un santiamén (véanse las últimas fotografías). Por supuesto, no puede faltar el regateo, para que no te tomen por idiota y pagar lo que realmente cuesta lo que se vaya a comprar; no tres veces más. En algunos casos, y esto es a título personal, prefiere una “hacerse la tonta” cuando ves que un trabajo muy bien hecho apenas te sale por dos euros (20 DH, al cambio), sin IVA incluido. Si les pagas el doble, la conciencia te lo agradecerá. Eso mismo decidí hacer con las artistas de la henna…

GASTRONOMÍA

Gastronomía

Me gusta cuidar mi línea. Ya sabéis: chica joven, guapa, alta, delgada y encima hago mis pinitos como modelo. Si estoy soltera o no, eso ya no te importa…  ¿Podéis creeros que con las cinco comidas al día que se hacen en Kenitra —y en todas se come bastante pan (khobz zra)— no he engordado ni un gramo? Curioso, ¿verdad? El secreto radica en que los productos son naturales y no ecológicos, como en España. En el desayuno te atiborran de tortas de trigo y cebada, croissants, miel, mantequilla, aceite e incluso aceitunas. Y una de las cosas que me vuelve loca es que puedes repetir el café las veces que quieras. Es más, apetece a ello. Lo mismo ocurre con el té. Tomarte un solo vaso no satisface al completo. En el almuerzo, se coloca un plato circular grande sobre una mesa redonda y hay un dilema de formalidades. Los marroquíes, en muchos platos, comen con las manos, otras veces con tenedor, pero los extranjeros… o seguimos sus costumbres y hacemos lo mismo que ellos o nos ponen un plato aparte con la comida y cubiertos, como si estuviéramos en Occidente. Yo preferí lo primero. Me llamó la atención que lo último a lo que se le “mete mano” es a la carne. Aunque, a veces, confieso haberme saltado el protocolo, máxime cuando toca un cuscús de ternera con unas calabazas tan dulces que es como si estuviesen rellenas de miel. También probamos unos “tacos” cuyo sabor aún retengo en la memoria de las glándulas gustativas. Con las pizzas pasó lo mismo. Lo único que tienen de mexicano es el nombre, ya que los ingredientes son elaborados al más puro estilo marroquí. ¡Una pasada, os lo recomiendo!

Espero que hayáis disfrutado, golondrinas.


Karim Ali

Desde hace varios años, encontré en el universo del relato corto, un camino donde explayar mis inquietudes: críticas sociales, políticas, lírica, sarcasmo, humor. Risas y llantos. Poco a poco voy pillando el hábito de construir una historia sólida que mantenga el interés del lector desde la primera hasta la última sílaba. 

5 comentario en ““Kenitra, a vista de golondrina” por Karim Ali”
  1. Excelente relato, como ya es costumbre en tí. Sigue escribiendo, por favor. Felicidades y un abrazo.

Los comentarios están cerrados.

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