Andrea Fernández es mallorquina de nacimiento, aunque vive en Barcelona y a pesar de ser joven ha escrito un manual de instrucciones para superar la vida, llamado “mis alas están listas”.

Andrea en un libro de pequeño tamaño consigue, incluir un universo de sentimientos, un libro con tres capítulos bien marcados en los que muestra tres fases con dibujos y … ¡que acertadas esas fases!

Primer capitulo:

La oruga; El peor ciego es aquel que puede y no quiere ver.

Confieso y no me avergüenza, que durante el primer capítulo tuve que pararme varias veces, tuve que levantarme del sofá del estudio, donde leo poesía, e ir a por pañuelos. Las lágrimas me sorprendieron, hacía un año que había pasado por una ruptura y este libro, en concreto este capítulo, me estaba haciendo viajar en el tiempo, volver al pasado, sentir todo lo que creía superado.

El amor no puede con todo:

Decepción es lo que siento conmigo misma

cuando sé que es lo que me atormenta,

y sin embargo resisto cualquier tempestad

por pensar que el amor puede con todo.

Aun sabiendo que con la indiferencia y la deslealtad, no.

Este es el último poema del primer capítulo y recuerdo entonces haberle escrito a Andrea y haberle dicho que había tenido que parar de leer, que no podía con el dolor que me hacían volver a vivir a sus páginas. –“siento desde el fondo que la emoción haya regresado, pero de verdad, sigue leyendo porque dejará de doler”- me contestó desde el otro lado del teléfono y le hice caso.

Segundo capitulo:

El capullo; Conocerás miles de tipos de dolor durante el trayecto de tu vida y deberás aceptar que no todo puede ir bien siempre, esto último te ayudará a aprender y a sanar.

Seguí leyendo y en el segundo capítulo me encontré con la persona que había pasado por el dolor, un dolor transformador, nadie es la misma persona que fue ayer, nadie puede ser la misma persona después de sufrir y Andrea lo muestra a la perfección en este capítulo, que más que unas páginas se convierten en un lugar de recogimiento, un lugar donde el senderista se sienta tras una larga caminata delante de una chimenea a descansar, un lugar donde la paz empieza a instaurarse, un lugar para pensar, un lugar de transformación.

[Si algo no encaja,

Si no te gusta,

Cámbialo.

Esfuérzate por ver las cosas desde otro ángulo y verás

que quizás lo malo no es tan malo,

que quizás lo bueno no es tan bueno,

que quizás solo necesitas sentarte delante de los problemas

plantarles cara y dejar de huir.

Aceptar es el primer paso,

para que todo duela menos y encaje más. ]

En este pasaje de su poema Perspectiva se puede ver que las ganas y la fuerza están creciendo para poder convertirse en el tercer capítulo.

Tercer capítulo:

La mariposa; Avanzas cuando te das cuenta de que, en un mundo lleno de personas, eres la única de ellas que necesitas que crea en ti.

Habitualmente se usa el ciclo de la mariposa, como una alegoría de la vida, así lo hace la autora en este libro, cuando hay un momento de inflexión , la persona no deja de existir, sigue viviendo, pero su vida tal y como la conocía ha acabado y del mismo modo que lo hace una mariposa debe transformarse para volver “a nacer”.

El último capitulo es la fuerza, las ganas, la necesidad de sentirse viva, de hacerse ver y de mostrar al mundo que sí, que has sufrido, que lo has pasado mal, pero que estas de pie, más erguida, más fuerte y con más ganas.

Arte de mí misma

Estoy ahorrando en buenas vibras

porque después de ti

me quedé en la ruina.

Estoy tratando de hacer arte de mis pedazos,

arte de mí misma.

Tratando de sacar algo bonito

de los vestigios

que forman parte de mí

gracias a ti.

Andrea tenía razón cuando me dijo que el dolor pasaría si seguía leyendo, no solo consigue hacer pasar el dolor sino que el paso por sus páginas no transforma a Andrea, te transforma a ti, que te das cuenta de que ya no eres la oruga del primer capítulo sino la mariposa del último, el título no es un título, es un vaticinio sobre lo que ocurre cuando acabas el libro, como si hubieras pasado por el mejor psicólogo del mundo, cuando acabas este libro te das cuenta de que sí de que tus alas están listas y que solo te queda volar.


Beatriz Delgado nació en un edén llamado Villaseca de Laciana (León) a las puertas de la primavera. Dice de ella misma:
Estoy locamente enamorada de mi trabajo, de pequeña quería salvar el mundo, estudié enfermería y ha sido el mundo el que me ha salvado a mí.
Actualmente vivo en el paraíso mediterráneo de Mallorca. He querido mucho, por encima de mis posibilidades, me he ahogado en llanto y he reído hasta no poder respirar, no tengo miedos, pero sí metas, siempre tengo planes y una sonrisa perenne, soy contestona y pura dulzura a partes iguales.

Un comentario en «Reseña de “Mis alas están listas”, de Andrea Fernández»

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