Hace muchos años escuché a una importante figura en el desarrollo moderno del I+D decir que las mujeres dominarían el mundo cuando los cuidados se coloquen en el primer plano del sector de la economía.

Yo quiero creer que tenía razón.

No solo los cuidados otorgan los valores deseados para dominar el mundo. La preocupación por ser justa, por hacer el bien más allá de hacer lo correcto es importante y, para eso, las humanidades y la filosofía también son importantes en la ecuación.  También las mujeres son mayoría en este ámbito.

A mí me gustaría que el mundo se moviera bajo estos valores, los de los cuidados y los de la justicia compasiva. Recalco la compasión. Me gustaría que volviéramos a la compasión, al sentimiento que produce ver sufrir a alguien e intentar remediarlo en contraposición a la empatía, la capacidad para percibir las emociones de los demás. Mover el mundo desde los sentimientos en vez desde las capacidades.

¿Pero qué tiene que ver todo esto con “Arkhe”?

Margarida Gari Font es una joven enfermera que en cierta etapa de su vida hizo un paréntesis para estudiar Filosofía y Letras y luego retomar la enfermería como carrera vital. Alguien que ha sentido las pulsiones de los cuidados y de las humanidades, que trabaja allí abajo, en los engranajes de los mecanismos que hacen el mundo gire sin derrumbarse y que vierte toda su compasión en un libro de poesía.

Aunque quizás el término poesía no es del todo correcto. ¿Quién necesita a estas alturas de la historia los géneros? En Arkhe se dan cita reflexiones teñidas de lírica, a veces casi ensayos, a medio camino entre Alejandra Pizarnk y Eduardo Galeano, a medio camino entre el aforismo y el verso libre. A medio camino entre los acordes de Ismael Serrano y la clarividencia de Naomi Klein.  A medio camino entre la humanidad y cualquiera que la mire con ojos de no entenderla pero aun así, querer acunarla como a una recién nacido. A medio camino o entre los dedos de Marga y el corazón del lector.

A veces, se puede hablar de la vida como si fuera literatura y otras veces se puede hablar de un libro como si fuera la vida. A los textos de Margalida es posible referirse de ambas maneras. Porque ella se moja, qué digo, aún más que mojarse, escribe desde el fango y aun así salpica ternura. Me gustaría decir que Margalida da un puñetazo en la mesa lírica del planeta pero no, Margalida escribe con guantes de boxeo.  Su poética es un guante de boxeo sosteniendo un ramo de lirios. En cada verso parece dispuesta a partirse la cara o besar a quien la lee, según sea lo que necesite.

Ojalá poéticas así sean el origen de cualquier mundo mejor que pueda venir.

Mujer valiente
porque no tiene medio e las faldas cortas
si no de las mentes pequeñas.
Mujer mar
transpirando sal
en todos los poros de su piel:

Mujer intensa
tempestad, y mar en calma.

Mujer parpadeo
de dama a bruja
en un abrir y cerrar de ojos.

Mujer sueños perdidos
aquellos que se quedaron
y ya no volvieron a ser soñados.

Mujer culpa
la que unos cobardes le hicieron creer que tenía
pero nunca tuvo.

Mujer andada,
dejando pasos,
piel y uñas,
por todo el camino de la vida.

Mujer imperfecta,
perfeccionarse es morir
un poco cada día.

Mujer de adioses,
quitando el lastre de su existencia.

2 comentario en ““Arkhe”, el origen de otro mundo posible”
  1. Me encanta el artículo o presentación, como lo queramos llamar ¿Introducción? Prefiero esta. Correcto: la filosofía es necesaria para la mente humana. Es algo así como una vitamina.
    Y el poema de una belleza lógica. Enhorabuena.

Los comentarios están cerrados.

Descubre más desde

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo